Médicos rurales hasta los 70 años: «Os pacientes pasaron a ser clientes pola falta de tempo»

Uxía Carrera Fernández
U. CARRERA LUGO / LA VOZ

LÁNCARA

Enrique Cajiao se jubila en Láncara y Fernando Pensado se retiró en Palas de Rei
Enrique Cajiao se jubila en Láncara y Fernando Pensado se retiró en Palas de Rei CEDIDA

Enrique Cajiao se jubila en septiembre del centro de salud de Láncara y Fernando Pensado se retiró del ambulatorio de Palas de Rei

23 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los centros de salud de la provincia de Lugo comienzan a avistar una ola de jubilaciones que no cuenta con suficientes nuevos médicos para cubrir todas las plazas. El déficit de profesionales de atención primaria choca con aquellos que prorrogan al máximo su vida laboral en los ambulatorios rurales. Uno de ellos es Enrique Cajiao, de 70 años, una de las jubilaciones más inminentes en la provincia. En septiembre se retira del centro de salud de Láncara «Continuei porque me gusta pero as condicións teñen que mellorar para os novos».

En trece centros de salud de la provincia los médicos en edad de jubilación suman unos 20 profesionales. El de A Pobra de San Xiao es el caso más urgente, ya que sus tres doctores pasan de los 65. Enrique Cajiao es el mayor y en unas semanas deja el ambulatorio después de más de 40 años. De su A Coruña natal pasó a ejercer en Lugo y hace 34 años que se asentó en Láncara. 

Aunque todavía está en el aire la prórroga de jubilación hasta los 72 años, Cajiao ya tenía la decisión tomada de parar a los 70. «Aguantei traballando dende os 65 porque me apetecía, gústame o que fago», sentencia. El ritmo y modo de trabajo actual para los médicos de su generación es casi un paraíso comparado con sus inicios.

Hace 40 años no había ni un espacio habilitado para atender a los pacientes. «Empecei consultando na cámara agraria», recuerda. Después, abrió la consulta en su casa. Tampoco les entregaban ningún tipo de material, sino que se tenía que «buscar a vida» para conseguir los utensilios con los que explorar a los enfermos. Además, había mucha más población y se atendía mucho más en domicilio. «En Láncara hai distancias duns 25 quilómetros», recuerda. 

De aquel escenario, se pasó a un centro de salud equipado y a mejores comunicaciones: «Cambiou a mellor en canto aos medios cos que contamos». Pero a la vez, la población cada vez más envejecida requiere una mayor atención y con más tiempo. Se mantienen la dedicación y el esfuerzo continuo que necesitan los pacientes de los concellos rurales, que, cree Cajiao, en Galicia no se ve recompensado. 

«Os novos médicos, cando acaban a residencia, marchan fóra de Galicia ou de España en busca de mellores condicións», defiende. Cree que la comunidad autónoma gallega necesita una mayor implicación de las administraciones para hacer atractivo el trabajo de los médicos de atención primaria. «Aínda así eu animo aos novos profesionais porque a medicina no rural é moito máis agradecida, hai unha relación moi bonita co paciente». 

Fernando Pensado: «A experiencia que se gana na medicina rural non é comparable á do hospital porque estás ti só e o paciente confía en ti»

El médico jubilado, y también diputado, Fernando Pensado es otro de los ejemplos de profesionales que decidieron prorrogar su vida laboral hasta los 70 años. Se retiró en el centro de salud de Palas de Rei después de 47 años trabajando. De Aranga pasó a Navia de Suarna y finalmente se quedó en Palas, cuando «a xente tiña pánico a ir ao médico». Define la medicina de entonces casi como «heroica» por tener que estar continuamente fuera de casa y no tener apenas medios. 

Los dos médicos que había en el municipio de la comarca de A Ulloa se repartían una población de los 6.000 habitantes. Pensado empezó alquilando una consulta hasta abrirla finalmente en su casa, aunque también hacía visitas a domicilios: «Eran horrorosas, podían levar dúas ou tres horas». Tampoco contaban con herramientas suficientes para llegar rápidamente a un diagnóstico, a diferencia de ahora trabajar con un centro de salud con servicios como analítica, radiología y PAC. 

Pese a todos los recursos, Pensado defiende que la atención perdió cercanía. «A de hoxe é de médico e cliente». Reconoce que, en parte, por la falta de tiempo de los profesionales. «Os médicos novos están moi preparado, pero a vida cambiou moito, a medicina require tranquilidade e comprensión e para iso hai que estar constantemente».

Apuesta por un modo de vida

El médico retirado recuerda que los tres doctores que habían en Palas vivían en la misma localidad, lo que «non ten prezo» porque estaban a una llamada de teléfono. En muchos ambulatorios, la distancia de las ciudades es un hándicap para los nuevos profesionales por lo que también ayuda que apuesten por vivir en localidades rurales. 

«A medicina rural é outro tipo de medicina, que require esforzo e dedicación continuio. É pura vocación». En su caso, además de atender por las mañanas también visitaba a algún paciente que lo necesitaba por las tardes en sus domicilios. Pensado anima a los nuevos graduados a que prueben porque cree que les va a gustar «esta forma de vivir». 

En su caso, decidió prorrogar su vida laboral hasta los 70 años porque sentía esa vocación: «Gústame a medicina rural, coñecer as familias e estar coa xente». Además defiende que la experiencia que se gana en estos centros no es comparable a la del hospital. Él, por ejemplo, también cursó una especialidad pero decidió no ejercerla.« No hospital tes a quen pedir axuda, aquí o paciente é todo teu e el confia en ti, dáche un plus de traballo e de poñerte e andar da maneira que sexa».