Mazmorras, tumbas del siglo XII y la vista desde la torre principal son sus principales atractivos
14 nov 2019 . Actualizado a las 20:49 h.El Castillo de Pambre, en Palas de Rei, fue restaurado por la Xunta y cedido al concello en el verano del año 2016, cumpliendo así una antigua demanda de los vecinos de esta localidad de A Ulloa.
La fortaleza fue objeto de una amplia restauración a cargo del gabinete de arquitectura GAU en la que la meta principal fue respetar en la medida de lo posible su estado original y así lo hicieron, por lo que el castillo mantiene su aspecto de hace siglos, incluida la capilla original y anterior a la construcción de las torres. Las únicas excepciones son los anexos posteriores, la casa principal en la que residían los dueños y una más pequeña para los caseros.
La actuación no solo supuso poner el monumento en condiciones de ser visitado y hacerlo accesible a su totalidad, también sirvió para dotarlo de varias salas, algunas de ellas en las dependencias que ocupaban las antiguas mazmorras, destinadas actualmente a una sala multimedia en la que se pasa de manera continua un vídeo explicando con detalle la historia de la fortaleza y otra en la que se pueden ver datos históricos sobre la revolución irmandiña que no logró derribar el castillo. Otras dos salas sirven también para conocer la historia de los Ulloa, impulsores de la construcción del castillo y primeros moradores y para entender el trabajo de los canteros que trabajaron en la gigantesca obra y que dejaron sus marcas en las piedras.
Las instalaciones no sirven únicamente para conocer datos históricos relacionados con el monumento, también hay varios paneles interactivos en los que los visitantes pueden conocer datos sobre el Camiño Francés, que pasa a poco más de un kilómetro en línea recta.
Sala central y exposiciones
La sala principal, que comprende varias de las antiguas habitaciones de la antigua vivienda principal, es la destinada para acoger exposiciones de distinta índole, la mayoría organizadas por el Instituto de Estudos Ulloáns, principal agente dinamizador de actos culturales en Pambre.
Las personas que visitan una de los mejores ejemplos de arquitectura medieval en Galicia disfrutan especialmente de una opción que durante siglos estuvo vetada, al acceso a la parte más alta de la fortaleza, la cubierta del torreón principal. Para acceder a ella hay que subir varios largos tramos de escaleras pegadas a los muros del castillo y realizadas en hierro para que no supongan ningún tipo de contaminación visual hasta acceder a la entrada original que se mantiene como estaba antiguamente, con tres escaleras de piedra y el espacio justo para que pase una persona agachada. Las vistas desde este punto son impresionantes y abarcan un área muy amplia, lo que confirma la idea de las personas que levantaron la fortaleza de construirla en un punto desde el que pudieran controlar con facilidad y tiempo sobrado para reaccionar los posibles enemigos que intentaran atacarlos.
En el interior de la torre principal se puede acceder a varias zonas desde las que los antiguos moradores vigilaban y también se llega a las ventanas desde las que se podía disparar a los atacantes o arrojarles líquido.
Pozo y capilla
Otros puntos del castillo que también despiertan el interés de los visitantes son un antiguo pozo del que se surtían los habitantes de la fortaleza y cuya existencia se desconocía hasta que se ejecutó la restauración y la zona de la capilla del siglo XII en la que encontraron varias tumbas de piedra de esa época.
Estos atractivos hacen que el primer año de apertura al público (2017) ya se registraran 12.000 visitantes. Los dos siguientes, incluido el actual, esta cifra ya alcanzó los 13.000. La mayoría son de colegios o excursiones, pero también de particulares y peregrinos que pasan por Palas.