Asegura que la sociedad no está aún preparada para la administración electrónica
30 jun 2016 . Actualizado a las 12:12 h.Hoy se jubila, después de dos décadas como funcionaria del Concello de Sarria, Sara Carreira, a quien se puede definir como una de las caras amables de la administración. En su adiós pide respeto para los funcionarios, de los que mantiene que trabajan duro y tratan de ayudar siempre a los ciudadanos.
-¿Qué recuerda especialmente de todos estos años?
-Sobre todo el cambio de la peseta al euro, que me influyó de lleno al trabajar en recaudación. Reconozco que todavía sigo pensando en pesetas. Por lo menos en la administración no se aplicó el redondeo, como sucedió en casi todo.
-¿Cómo soportó la evolución tecnológica?
-Soy de las antiguas, de las que me gusta trabajar como se hizo siempre. La informática estará bien cuando no se requiera tanto trabajo previo como el que ahora hace falta para solucionar un trámite que a mano solventábamos sin dar tantos pasos.
-¿No le gusta entonces la tecnología?
-No se trata de eso, solo digo que no estamos todavía preparados para dar el salto a la administración electrónica y para desterrar el papel. No todo el mundo sabe operar con un teléfono, un ordenador o Internet. Una de las cosas que más odio es que me atienda una máquina, por un lado debido a que supone que se supriman puestos de trabajo y también a que nunca te prestarán tanta ayuda como una persona.
-¿Cómo es posible que naciendo en Galicia tenga tanto acento venezolano?
-Mis padres hablaban gallego y yo me obligué a hablarlo cuando regresé por mi puesto de trabajo. Nunca conseguí hablar inglés por miedo escénico y a pesar de que dominaba la gramática a la perfección, pero con el gallego tiré para delante.
-¿Cómo define su trabajo?
-Es una plaza que quema mucho. No hay mucha educación y alguna gente llega vomitando palabras y te obliga a decirles que tú también eres una persona, que trabajamos, a pesar de que se piensa lo contrario, y que procuramos atender bien a los contribuyentes. Este trabajo me ha dado muchas satisfacciones, pero es muy duro.
-¿Le gustaría seguir algún año más o ya dijo basta?
-Podría continuar, pero la realidad es que no estoy nada animada a hacerlo. Me cuesta mucho adaptarme a los cambios que impone la administración electrónica y me apetece hacer otras cosas. Me encanta vivir muy tranquila en la aldea y trato de escapar de las grandes ciudades y su ruido.
-¿Echará de menos la vida activa?
-Supongo que sí, sobre todo los primeros días cuando despierte y me dé cuenta de que no tengo nada del día programado. Será una situación diferente, pero seguro que agradable.
-¿Cómo fue su relación con los alcaldes?
-Muy buena con todos ellos, desde que entré con Arturo Corral para seguir con Claudio Garrido, José Antonio García y Pilar López.
-¿Cómo se siente en su adiós laboral?
-Muy afortunada de haber podido llevar una vida profesional muy buena. Cuando aprobé mi plaza de funcionaria sin haber tenido tiempo a estudiar no me lo creía. La verdad es que voy a añorar mucho a mis compañeros, aunque seguro que por lo menos en los próximos meses todavía me van a tener que aguantar un poco más, ya que después de tantos años en un puesto, seguro que les tendré que echar una manita para resolver algunos problemas del día a día a los que no están acostumbrados, algo que haré encantada.