Triacastela descubre por primera vez su pasado como cuna de grandes herreros
TRIACASTELA
Una antigua herrería fue rehabilitada por un vecino para ser un centro de interpretación. Este sábado abrió por un día para mostrar sus primeros hallazgos
24 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La historia de la herrería en la zona de Triacastela fue un caso «singular». Primero por la gran cantidad de herreros que hubo en la localidad y segundo porque el Monasterio de Samos llegó a tener en su poder hasta siete fraguas. «Non teño constancia de que en Europa houbese un mosteiro con tantas», asegura el periodista José Manuel Salgado. Este investigador ha nutrido de datos A Ferrería da Ponte, una antigua herrería que Miguel García decidió comprar para que no se perdiese su fascinante historia. Este lucense, camionero de profesión, la empezó a restaurar en sus tiempos libres hace años y este sábado pudo abrir por primera vez como una antesala de lo que será: un centro de interpretación del hierro de la montaña lucense.
Junto a la iglesia de la localidad, la antigua herrería es el edificio con más historia que todavía se conserva. Aunque por poco. El inmueble estaba cubierto de maleza y en ruinas hasta que Miguel García decidió recuperarlo. «O edificio está cheo de incógnitas», asegura Salgado. Es del siglo XV y su nombre, A Ferrería da Ponte, se debe a un antiguo puente románico que se encontraba enfrente. Se sitúa justo en el trazado original del Camino de Santiago, por lo que fue albergue y mesón par atender a los peregrinos. Incluso fue empleado como hospital de campaña durante la Guerra de Independencia. Estas funciones explican su curioso aspecto, ya que es una casa tradicional de piedra pero con una torre, que utilizarían para vigilar. Por su ubicación, era un lugar en el había mucha demanda de herraduras para los caballos, para reparar herramientas o para los carros.
Cuando Miguel García comenzó a explorar entre los restos del edificio encontró rápidamente donde se ubicaba la fragua, que actualmente está rehabilitada y recreada con las herramientas de la época, algunas que aparecieron por la casa y otras que recolectó. El vecino de Triacastela quería conservar el patrimonio de la localidad pero se topó con una parte de su historia totalmente desconocida. Triacastela tuvo una sólida cultura de la herrería.
Núcleo siderúrgico
Miguel García y José Manuel Salgado se dedicaron a inspeccionar al detalle la herrería y también su entorno. Se toparon varias escorias propias de la época medieval. «Son os restos das denominadas ferrerías de monte, que son as anteriores aos fornos hidráulicos», explica Salgado. Estos hornos se establecían en el monte cerca de los yacimientos y en ellos se reducía el mineral a unos 1.200 grados, de manera que el hierro se juntaba y el resto de componentes se separaban. Los materiales sobrantes que no valían eran las llamadas escorias. Sin embargo, lo normal es encontrarlas en el monte, pero en Triacastela estaban cerca de la herrería.
Según Salgado, esto puede explicarse debido a que el núcleo actual de Triacastela fue fundado por el rey Alfonso IX en su estrategia por ubicar las localidades en zonas mejor comunicadas. Antes se encontraba en lo que ahora es la aldea de Vilavella: «Despois desta reorganización seguro que xurdiron mercadores e ferreiros, porque non é normal atopar escorias tan cerca dos edificios». Salgado y García llegaron hasta la materia prima y, ya sabiendo que la montaña lucense es una zona de minería, incluso descubrieron varios yacimientos.
La actividad herrera en Triacastela se remonta por tanto a la Edad Media y se consolidó con un importante número de herreros. «A un deles incluso lle encargaron as rexas do altar do mosteiro de Santo Estevo de Ribas de Sil». A Ferrería da Ponte sería una de las más importantes pero no la única. Del Monasterio de Samos dependían siete fraguas, seis están documentadas y hay otra de la que encontraron evidencias. «Non teño constancia de outro en Europa que tivese tantas. Era un emporio industrial», asegura Salgado.
La historia de la herrería de Triacastela está sin investigar, así como la de la zona. El objetivo de Miguel García y José Manuel Salgado es que A Ferrería da Ponte sea un centro para conocerla. Por el momento, este sábado abrieron por primera vez el inmueble por la Feira de Artesanía de Triacastela, que celebró su edición número once con puestos, música y talleres. La idea de ambos es acabar los últimos trabajos de la reforma y poder abrir el centro de manera permanente.