De campo de la feria a gran plaza: 40 años de un notable cambio en Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

Vista de la plaza de la Constitución desde la Casa do Concello, en la parte alta
Vista de la plaza de la Constitución desde la Casa do Concello, en la parte alta OSCAR CELA

La praza da Constitución fue acompañada de nuevos edificios

04 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay lugares que nacen con ciertos aires de grandeza. La praza da Constitución de Vilalba puede entrar en ese capítulo, pues cuando se empezó a preparar su construcción, en la prensa aparecían textos en los que se le llamaba gran plaza a ese sitio. Hace 40 años, la construcción de la plaza con su aspecto actual, aprovechando el espacio del antiguo campo de la feria, era una de las prioridades municipales. Los pequeños detalles también se cuidaban: por ejemplo, a comienzos de 1982, en un pleno, se acordó un homenaje al texto legal de 1978, por lo que el espacio pasó a ser plaza de la Constitución.

La creación de la plaza era la continuación de cambios que había empezado prácticamente cien años antes. A finales del siglo XIX se decidió dotar a la localidad de un nuevo campo de la feria, sacando así los mercados y los productos del entorno de la torre de los Andrade. Esas fueron décadas de importantes cambios en Vilalba, que con la construcción de carreteras —la primera, la de Rábade a Ferrol— iba a convertirse en importante cabecera comercial.

Situándonos a finales del siglo XX, ese campo de la feria ya había quedado sin servicio al construirse el actual, cerca de la avenida da Terra Chá. En la parte alta se había construido la actual Casa do Concello, con el edificio del Centro Cultural a su lado, inaugurado en diciembre de 1981. La gran plaza iba a cambiar la imagen de Vilalba, pero también las entrañas, puesto que se preveía una estación de autobuses, con aparcamiento para turismos, en el subsuelo.

 

 Crear una estación de buses en la localidad era una decisión que se justificaba en la abundancia de empresas que tenían llegada y salida en Vilalba o que paraban en la capital chairega. El subsuelo de la plaza se perforó y Vilalba llegó a tener un párking subterráneo, aunque la estación de autobuses acabó teniendo otra ubicación años después: las actuales instalaciones, situadas cerca de la salida del casco urbano hacia Mondoñedo, se inauguraron a comienzos de los años noventa.

Las obras costaron entonces 60 millones de pesetas (actualmente, 360.000 euros). Los dos niveles, unidos por una escalera central y con soportales en la parte inferior, son rasgos característicos de la plaza. La desaparición de los árboles del campo de la feria —solo queda un olmo en la parte superior, al lado del Centro Cultural e Recreativo— fue una herida simbólica que tardó en cicatrizar, y el nuevo espacio acabó recibiendo un nombre coloquial, praza do Cementón, que no indicaba aprecio.

La plaza se inauguró oficialmente en julio de 1984. En esos años se construyeron además edificios, la plaza de abastos y el centro de la tercera edad, que cambiaron la fisonomía del lugar, cuya ubicación y cuyas dimensiones terminaron por ser decisivas para la vida local. En la plaza actúan orquestas en las sesiones vermú y en las verbenas de las fiestas de Vilalba, se celebran la Feira do Capón y la feria del queso de San Simón da Costa, es el punto de llegada de la cabalgata de Reyes y del desfile de disfraces de carnaval, se ven niños jugando si el tiempo lo permite y hasta algunas concentraciones y protestas tienen lugar en este sitio. Eso sí, es uno de los espacios del casco urbano que padece los rigores de los inviernos chairegos, lo que obliga a esparcir sal a menudo para evitar resbalones cuando aparecen las heladas.

En estos 40 años, además, tampoco han faltado cambios en las zonas más visibles o algo ocultas de la plaza. Dentro de las primeras, en este mandato, por ejemplo, se mejoró el parque infantil, situado en la parte superior. En cuanto a las segundas, en la primera década de este siglo se reformó el párking subterráneo, ampliando su capacidad, eliminando humedades y potenciando su iluminación.

Además el aparcamiento es una de las zonas en las que se aplicará la zona azul y se limitará el estacionamiento a 90 minutos. La plaza sigue, pues, en el centro de la vida de Vilalba.