La flota pacta para el pulpo una veda de 6 semanas a partir del 18 de mayo
PESCA Y MARISQUEO

El sector cerró en marzo la peor campaña del decenio; eso sí, con precios de récord
20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.A pesar de que buena parte de la flota con permiso de explotación (pérmex) para faenar con nasa de pulpo rechazaba una veda porque de ella ya se habían encargado los sucesivos temporales que han tenido amarrada a la flota, el sector gallego acordó ayer por consenso prohibir la captura de cefalópodo en aguas gallegas durante seis semanas. Los aparejos deberán comenzar a retirarse el 18 de mayo, que es cuando arranca el mes y medio de descanso, y en esta ocasión, los barcos dispondrán de tres días para el laboreo de retirarlas -en lugar de los dos que recogían los anteriores planes-, y lo mismo para la vuelta al trabajo, que será el 2 de julio, a la vez que comenzarán los de la nécora.
Esta, con la exclusión del patexo de la consideración de especie accesoria -ya no computará contra el 10 % que tienen permitido descargar- es uno de los pocos cambios para la próxima campaña, que se regirá por los mismos topes de captura, idéntico régimen de calamento de las nasas y exactas sanciones. Porque lo único que en este sentido consiguió la federación de Pontevedra -que ya el año pasado planteó endurecer el castigo para los incumplidores-, fue que la Xunta se comprometiese a consultar a los servicios jurídicos si es posible, como proponen esos profesionales, expulsar del plan de gestión del pulpo o, incluso, retirar el pérmex a aquellos que «mercadean» con los ejemplares de talla inferior para que los restaurantes sigan vendiendo pulpitos en su jugo. Por lo menos una fórmula de castigo realmente disuasoria, pues la sanción económica no es suficiente.
Pocas capturas, mucho precio
Con la veda, el sector pretende lograr la recuperación de un recurso que cerró en marzo una de sus peores campañas en cuanto a volumen de capturas. Cosa distinta es la cuestión de rentabilidad y de precios.
La cantidad de cefalópodo que se descargó en las lonjas gallegas en la campaña 2017-2018 apenas alcanzó las 1.200 toneladas. Es el volumen más bajo de desembarcos desde que comenzó el decenio. Por debajo incluso de los peores ejercicios, aquellos en los que las descargas rondaron las 1.500 toneladas, como fue el caso de las temporadas del 2012-2013, 2013-2014 y 2015-2016.
La preocupación por la falta de capturas no logra borrarla ni los magníficos precios obtenidos en lonja. La falta de cefalópodo de otros caladeros hizo subir los del gallego, que alcanzó precios de absoluto récord: 9,33 euros el kilo. Un 50 % superiores a los de la campaña anterior, pero el doble de los que se obtuvieron en la campaña que inauguró el decenio.
Con todo, entre los profesionales del sector hubo división de opiniones al respecto de la necesidad de la veda y, sobre todo, sobre la fórmula que se debería adoptar para ese descanso para recuperar el recurso. Así, propugnaban que en lugar de veda se hiciese un paro biológico, lo que les permitiría hacer un amarre con ayudas públicas. Mar, sin embargo, descartó la posibilidad alegando dificultades y requisitos que podrían acabar con Bruselas exigiendo desguaces.