Patrocinado porPatrocinado por

Los furtivos de agosto llevan bikini

L. Vidal REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

JOSE MANUEL CASAL

En los meses de verano, a los infractores de siempre se unen los bañistas que, sin permiso de explotación ni control sanitario, echan por tierra el trabajo de los legales

06 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«É como se tes unha horta con patacas plantadas e che vén o veciño a por elas... sen o teu consentimento». De esta forma tan gráfica se refieren al fenómeno del furtivismo de bañador los voluntarios de la iniciativa que estos días acampa en las playas gallegas para concienciar sobre un problema creciente. El que ocasionan aquellos que, no siendo profesionales, se encaraman a las rocas o remueven la arena en busca de unos cuantos mejillones o berberechos para la paella del domingo. «Y lo peor no es la cantidad que se llevan -puntualiza una voluntaria desde el arenal urbano de Sada- sino el daño que hacen para llevarse el producto, porque remueven y pisan todo».

Además de incurrir en una práctica ilegal, la de extraer marisco sin permiso de explotación, están poniendo en peligro la salud pública, puesto que eso que se llevarán a la boca, o que le darán a probar a otros, no ha pasado ningún tipo de control que lo avale. «Hay que visibilizar esta situación porque mucha gente no se da cuenta de que el marisco no nace por generación espontánea, sino que hay que sembrar los bancos, limpiar los arenales y pagar unos impuestos».

La campaña «Non sexas pirata!», puesta en marcha por la Xunta, recorre la comunidad de norte a sur para enseñar a bañistas de todas las edades cuáles son las especies autóctonas y foráneas de marisco, los tallajes mínimos, las labores que realizan las mariscadoras o aspectos relacionados con la depuración.

Lejos de constituir una imagen pintoresca, estos piratas sin parche representan un grave problema para el colectivo de mariscadores, tal y como reconoce la presidenta de la agrupación de a pie en A Pobra, Beatriz Olveira: «Sempre se di “vaia, total, por un puñado que leven...”. Pero se hai duascentas persoas na praia poden apañar cen ou douscentos quilos diarios, botándolle polo baixo. E hai que contar a marea da mañá e mais a da tarde», calcula. Sobre la procedencia de estos esquilmadores escasos de ropa, Olveira asegura que se trata, sobre todo, de locales, «aínda que logo veñen os turistas de fóra e imitan o que ven». El bien hurtado es almeja japónica, «o que máis abonda aquí e do que substistimos», explican desde A Pobra. «Nós sachamos co raño, imos tapando o marisco, pero eles remóvennolo e queda moita cría por riba. Se matan os bebés, que nos queda para o inverno?», se lamenta. Porque los furtivos de bañador tampoco se fijan en la talla. «Levan todo, pequeno ou grande». 

500 inspecciones diarias

Las mariscadoras son testigos privilegiados de esta fuga de almejas, pero «aínda por riba, se lles advirtes danche malas contestacións. Tería que haber máis vixilancia». El Servizo de Gardacostas de Galicia, junto a los cuerpos de seguridad del Estado, realiza cada verano una media de más de quinientas inspecciones en las playas que se saldan con alrededor de una tonelada de marisco decomisado.

Al puesto que el gobierno autonómico ha desplegado este lunes en el municipio coruñés de Sada se acercan dos pequeños alumnos, María, a punto de cumplir cinco años, y su hermano Antón, de tres. «¿Sabes lo que es esto?, pregunta el monitor. María contesta rápido: «Un erizo». No tiene tan claro dónde situarlo en el mapa, si sobre las rocas o en el fondo del mar. Tras identificar berberechos, almejas o percebes, se enfundan las botas, se colocan los guantes, y se ponen pesos para sentir en carne propia la dureza del oficio. Con un rastrillo -de juguete en este caso- pescan lo que encuentran en una playa figurada -una piscina llena de arena-. Después toca comprobar si se ajustan al tamaño legal. Y visitan una minidepuradora -experimento in situ incluido-. La actividad finaliza con un viaje inmersivo en el día a día de este castigado sector a través de unas gafas de realidad virtual.

La campaña contra este fenómeno recorrerá 45 playas gallegas hasta final de mes

Hasta el 31 de agosto y desde el 17 de julio, la campaña de concienciación «Non sexas pirata! Á praia vense a gozar, non a saquear» visitará un total de 45 arenales gallegos, los de más visitantes y los que cuentan con una mayor producción marisquera. En lo que va de mes ha pasado por San Francisco y Parameán (Muros), Bestarruza (Mugardos), Boa Grande (Noia) y Sada. Este martes recalará con su puesto en la playa oleirense de Santa Cristina, para después viajar a Ribeira, A Pobra, Vigo, Boiro, O Grove, Foz, O Vicedo, Mañón, Ortigueira, Cedeira, Muxía, Marín, Bueu, Dumbría, Cabanas, Carballo, Carnota, Cangas, Redondela, Outes, Fisterra, Miño, Cee y Baiona, donde se celebrarán actividades en horario de doce de la mañana a ocho de la tarde.

Una iniciativa de sensibilización que da continuidad a la realizada el pasado verano, cuando estuvo presente en 35 arenales de ventiún concellos. En el año 2016, la Consellería do Mar desarrolló un proyecto piloto que consistió en la entrega de cinco mil abanicos con mensajes en distintas cofradías de la provincia de Pontevedra. Otra acción enmarcada en la lucha contra el furtivismo es la aplicación móvil Non piques, non peques, que acumula cerca de doce mil descargas y que contiene información sobre la época óptima de consumo de cada producto del mar.

La campaña Non sexas pirata! incluye, además de una dinámica de juego educativo, aspectos relacionados con la gastronomía, la seguridad alimentaria y la trazabilidad.