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Franceses e irlandeses pescan en el Cantábrico bonito vetado a españoles

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Dos arrastreros pelágicos franceses descargando bonito en un puerto gallego (foto de archivo)
Dos arrastreros pelágicos franceses descargando bonito en un puerto gallego (foto de archivo) PEPA LOSADA

Una patrullera militar los vigila ante la llamativa duración de sus cuotas

21 ago 2020 . Actualizado a las 18:22 h.

Aún se subasta en lonjas y, por tanto, se vende en pescaderías, bonito del norte fresco capturado con anzuelo por la flota española antes de la medianoche de este miércoles, cuando la Secretaría General de Pesca cerró la costera más breve de la historia. Profesional o recreativo, ningún barco de bandera española puede cogerlo pese a que, otro verano más, los grandes bancos de Thunnus Alalunga continúan alimentándose frente a la costa española, por todo el Cantábrico. Caladeros comunitarios donde arrastreros pelágicos franceses e irlandeses siguen pescándolo. Todavía les queda cupo, pero, a diferencia de agostos anteriores, una patrullera militar los vigila.

La Arnomendi concluirá el 28 la misión encomendada por Pesca el pasado día 10: «Realizar tareas de vigilancia, inspección y apoyo a la flota pesquera española participante en la costera». Al amanecer del 20 los boniteros emprendieron el retorno a sus bases. El buque militar les hizo controles a algunos en el mar, igual que a los franceses e irlandeses, y, a estos últimos, también en los puertos españoles donde desembarcaron sus capturas.

La patrullera controla a los pelágicos franceses e irlandeses después de repetidas protestas de pescadores españoles. No entienden cómo es posible que sus alrededor de 10.000 toneladas les duren más que las 16.000 de España. Entre otras razones, porque esos arrastreros puede coger en un día tanto bonito como un barco nacional de anzuelo en quince. Por eso también Pesca le está pidiendo a Francia y a Irlanda datos de descargas de sus barcos.

La costera se cierra en España con unos 59 millones de facturación, el 8 % Galicia

Las 16.262 toneladas de bonito del norte asignadas a España este verano han vuelto a quedarse muy cortas. No se cansan de repetirlo quienes lo capturan y sus representantes. A final de año, cuando vuelva a reunirse la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) volverán a intentar que la Unión Europea (UE) reclame más cupo.

ICCAT admitió en su última reunión que el estado de los recursos de Thunnus Alalunga en el Atlántico norte permitiría incrementar la cuota. Buena prueba, y a ella se remiten los boniteros, es que los grandes bancos atestan el golfo de Vizcaya durante los últimos veranos. Muy cerca de la costa española, lo que abre la pesquería estacional a barcos artesanales de pequeño porte. Un alivio para sus economías que, otra vez más, se ha acabo mucho antes de lo que quisieran.

Por eso en la campaña bonitera de este año estaban autorizados a participar algo más de 600 barcos, una cantidad que no se veía hace tiempo, pero que tampoco significa que todos saliesen finalmente a por bonito.

Datos provisionales transmitidos desde Pesca a dirigentes de sector indican que España ha consumido todo su cupo de atún blanco, incluso puede haberlo superado. La costera más corta de la historia se cierra en el Cantábrico y en Galicia con una facturación en primera de venta de unos 59 millones de euros, según estimaciones oficiales.

También son provisionales los datos en Galicia, donde la lonja mariñana de Burela se ratifica como el principal mercado de bonito del norte fresco, con más del 60 %. Según la plataforma PescadeGalicia, hasta este jueves se habían subastado en siete rulas gallegas 1.264 toneladas, con un valor de 5,03 millones; aproximadamente un 8 % del total nacional.

La campaña del año pasado movió 7,66 millones de euros y 2.013 toneladas en las lonjas gallegas; la del 2018, 6,79 y 1.643; la del 2017, 5,83 y 1.298; la del 2016, 5,94 y 1.487; y la del 2015, 11,05 millones y 2.708 toneladas.