
Patricia Sierra ha sido testigo de excepción de la evolución del turismo en Galicia en las últimas tres décadas. Casi recién llegada de Colombia entró de recepcionista en un hotel de 4 estrellas. Fue la primera directora profesional de Galicia, y allí sigue desde hace 18 años. Además, presidió varios años la asociación de hosteleros de Pontevedra.
03 sep 2017 . Actualizado a las 05:02 h.El cúmulo de motivos que convierten a Patricia Sierra (Cartagena de Indias, 1963) en una voz autorizada en turismo en Galicia es tan amplio que solo se puede resumir en una vida entera dedicada a la hostelería, desde abajo hasta arriba.
-Lleva 27 años trabajando en el Galicia Palace y 18 como su directora. No parece fácil...
-Empecé aquí como recepcionista y a los seis meses hubo un cambio de jefe de recepción, y como yo tenía experiencia relativa porque hice prácticas en el Parador de Santiago, me ofrecieron el puesto y estuve 10 años de jefa de recepción. Al estudiar turismo siempre pensé que iba a trabajar en agencias de viajes porque me parecían muy divertidas, y los hoteles muy aburridos. Y qué equivocada estaba, totalmente equivocada. Luego cambió la dirección del hotel, y los primeros cuatro años fueron muy difíciles porque era un hotel muy grande para Pontevedra; entonces, trabajábamos 85 personas, y ahora 35.
-Debió ser de las primeras directoras de hotel de Galicia.
-Fui la primera que no estaba vinculada familiarmente, porque sí hubo otras que eran hijas del propietario, pero que fuéramos mujer, profesional y en Galicia éramos en aquel momento dos, creo.
-Aún así, 18 años son muchos, para hombres y mujeres.
-Sí, se cambió el perfil de director. Pasó de ser muy estático a ser más comercial. Yo soy muy comercial y me gusta, y trasladé todas mis ganas a salir a la calle y me convertí en la comercial-promotora del hotel, llevando también la gestión, sobre todo, de organizar el personal. Solo pedí a los propietarios una columna vertebral fija para poder tener confianza en el personal, entrenarles y que ejercieran libremente su trabajo, porque nadie es un pulpo y puede llevarlo todo solo. Ahora seguimos con la misma jefa de recepción, el mismo equipo de restauración, etcétera. Yo no me considero una directora, si no más bien una gestora.
-Es un sector en el que hay mucha trabajadora y, aunque cada vez más, poca directiva.
-Sí, pero yo creo que es por opción. Las mujeres creo que todavía tenemos miedo de desvincularnos de esa parte familiar. A mí la oferta me pilló embarazada. Fue una decisión bastante complicada. Estoy segura de que hoy en día la juventud ya piensa de otra manera, pero en mi generación, yo tengo 54 años, todavía en esa época costaba pensar en dejar la familia, y menos aún si estás embarazada. Mi marido está en el sector también, mis suegros son maravillosos, y yo ya tenía un hijo y estaba embarazada del segundo, pero era una oportunidad muy interesante, y mi marido me apoyó al 100 %. Por eso ahora se ven más, pero antes siempre tiraba la carga familiar, porque un hotel exige muchísimo. Y nosotros, aquí, con los salones reventamos el mercado de los banquetes, que nos interesaba, y hacíamos muchísimos, lo que significaba que yo estuviera aquí muchas horas. Porque yo soy de las que estoy en el banquete hasta el final. Hay equipo suficiente para llevarlo, pero si tú estás presente el cliente se encuentra más cómodo.
-Debe ser agotador, ¿no?
-Sí, pero si te gusta lo haces encantado. Tengo que decirte que a veces he pecado de no estar más tiempo en casa, porque esto me absorbe porque me gusta, y al final te quedas horas sin darte cuenta. Al margen de eso, haciendo un paréntesis, mis hijos están perfectamente criados y maravillosos.
Patricia Sierra considera necesaria la estabilidad laboral del personal | e. moldes
«En Galicia no hay ‘turismofobia’ porque no estamos sobreexplotados»
El turista ha evolucionado en los últimos 27 años, y Sierra ha sido testigo de excepción.
-¿Cómo era el turista de Galicia hace 27 años y ahora?
-Primero, ya no pasa por, ahora viene a propósito, y eso es muy importante y se debe a toda la labor comercial que se ha hecho institucionalmente. Todavía falta mucho, pero lo poco que se ha hecho ha dado frutos. La explotación gastronómica de Galicia ha sido un puntal enormemente fuerte; luego la de las bodegas; y ahora el propio modelo de ciudad, al que fui la primera en oponerme y reconozco que ha sido un acierto. Antes vendíamos solo porque estábamos cerca de Sanxenxo; ahora vendemos ciudad, gastronomía y visitas: ya conseguimos nuestro perfil, por fin.
-¿Cuántos son peregrinos?
-Cada vez más, en invierno puede suponer el 40 % de la ocupación, porque ya no existe el Camino de Santiago solo para mochileros. Ya hay una organización, hay empresas que se dedican a ello, lo que implica que no viaja con peso.
-¿Está Galicia libre de la turismofobia?
-Es que todavía no estamos sobreexplotados.
Practicar una actividad física moderada es lo mínimo que debo hacer para combatir el estrés», confiesa sonriendo la directiva
gimnasio, yoga y, sobre todo, disfrutar de la familia
el detalle
«Por supuesto», aclara con su sonrisa perenne cuando se le pregunta si, tras todo lo que hace a lo largo del día, le queda tiempo para ir al gimnasio. ¿Cuándo? «A las 7.40 horas», responde. Patricia Sierra es una enamorada de su vocación. Se le nota en cada palabra, en cada gesto, en cada atención y en cada detalle con el que pasea por el vestíbulo del Galicia Palace.
«Voy una hora al gimnasio tres o dos veces por semana y práctico yoga de estiramientos y respiración de relajación», concreta quien ya se ha convertido en una de las directoras de un hotel de cuatro estrellas más longevas de Galicia y quien ostentara, además, el cargo de presidenta de la Asociación de Hosteleros de Pontevedra durante varios años y hasta el 2009.
«Practicar una actividad física moderada es lo mínimo que debo hacer para combatir el estrés» que le genera el día a día, matiza Sierra Liñán.