
La empresa mariñana arrancó en el 2000 con su primera tienda de ropa y una escuela de surf pionera en A Mariña y el Occidente astur; acaba de lograr una distinción Q de calidad por sus servicios náutico-deportivos
15 abr 2018 . Actualizado a las 15:50 h.La empresa Hola Ola Ribadeo recibió una mención especial de la Q de calidad por su apuesta por los servicios náutico-deportivos y por ser una iniciativa innovadora en este sector en Galicia. El reciente reconocimiento enorgullece a esta firma creada en el año 2000 y cuya marca comercial es Hola Ola. Sus primeros pasos los dio con la apertura en Ribadeo de la primera tienda de ropa y material de surf, montaña, snowboard y una escuela de surf, la primera que funcionó en A Mariña lucense y el vecino Occidente astur. «Fuimos pioneros en la comarca, puesto que ya nos iniciamos con el surf en 1997 con un puesto en la playa ribadense de Os Castros. Por aquel entonces había poca oferta en el norte peninsular», explica el gerente, David Martínez Martínez (Ribadeo, 1977).
«Cuando montamos la primera tienda teníamos claro que si queríamos vivir de nuestra pasión, que era el surf y otros deportes, teníamos que promover la práctica del deporte base. Empezamos con la escuela en playas de Barreiros y en Penarronda (Asturias). Al principio estábamos por la mañana en una playa, cogíamos la furgoneta y por la tarde nos íbamos a la otra. Sabíamos del esfuerzo, pero era importante dar servicio y cubrir toda la zona». Al mismo tiempo que A Mariña experimentaba un fuerte crecimiento entre el 2000 y el 2008, también crecía Hola Ola Ribadeo. En el 2004 la empresa ya tenía tres tiendas de moda en la villa ribadense y dos escuelas de surf afianzadas. «Ya empezábamos a ofrecer también windsurf, kite, paddle-surf…».
Cuando el negocio parecía vivir un momento dulce, llegó la crisis. Estalló la burbuja inmobiliaria y A Mariña no fue ajena a aquel episodio del que aún no se ha recuperado por completo. «Llegó la crisis y tuvimos que replegar un poco», reconoce Martínez. Tras reponerse y tomar oxígeno, Hola Ola Ribadeo cogió impulso y en el 2012 abrió una nueva tienda en A Coruña. En el 2015 también probó suerte en la localidad de Foz, con otro establecimiento. Con el objetivo de seguir innovando, la empresa puso en marcha en Ribadeo el verano pasado el primer parque acuático hinchable de A Mariña. «Fue el primero de Galicia de estas características. Tuvo buena acogida y este verano pensamos repetir la experiencia», asegura el gerente de la firma: «Yo vivo de mi pasión. Este trabajo me encanta y esta pasión intentamos transmitirla a nuestros clientes, para quienes estamos buscando siempre marcas y servicios nuevos, con una apuesta continua por la calidad». La plantilla varía según la época del año. En temporada baja ronda los diez o doce empleados y en verano se duplica.
David Martínez, gerente de la firma Hola Ola Ribadeo, en una de sus tiendas en la localidad ribadense. | JOSÉ ALONSO
«Tenemos la mejor materia prima, las playas y las rías... Y vivimos en un entorno que no está masificado»
Este emprendedor está convencido de que este sector tiene mucho futuro: «El surf es un motor turístico muy importante para Galicia, donde este sector aún no tocó techo. Queda mucho por hacer. Tenemos la mejor materia prima, como son las playas, las rías… Todo virgen, y tenemos la suerte de vivir en un entorno que no está masificado. Nuestro objetivo es seguir creciendo, seguir poniendo en marcha nuevos servicios y cuidando los que tenemos para que la gente los disfrute», explica Martínez, satisfecho con la colaboración municipal, a nivel comarcal, con el respaldo económico del Galp…
Días después del recibir el reconocimiento de la Q de calidad turística, el empresario no oculta «que es un orgullo y un honor que una empresa como la nuestra pueda recibir una distinción que ostentan empresas con los cánones de calidad más importantes de Galicia. Nos han dado un premio de empresas de primera». David Martínez insiste en que Hola Ola Ribadeo es un negocio familiar y parte de su éxito se lo debe a los diseños de su hermano, Manu, fallecido recientemente. Consciente de la dificultad de afrontar los retos de una sociedad cada vez más global y del poder de las grandes superficies, el emprendedor reflexiona: «Antes las tendencias en moda se mantenían más en el tiempo, ahora son globales y debemos estar atentos a cualquier cambio. No obstante, creemos en el potencial del comercio local, el que inyecta vida a los pueblos. En el mundo global hay sitio para el comercio local».