El «e-commerce» facturó en el segundo trimestre del 2017 más de 7.000 millones; la rapidez de entrega que marcan los grandes obliga a invertir en estrategia y a la constante innovación
11 oct 2019 . Actualizado a las 13:43 h.Mercadona ha sido el último gigante en subirse al carro. La cadena de supermercados acaba de poner en marcha su «laboratorio». Es su plataforma de venta online que, por el momento, dará solo servicio a Valencia usando un almacén del polígono de Vara de Quart como centro logístico. Es una cuestión de dar servicio a ese consumidor que ya no quiere pasarse por la tienda. De estar o no estar en un mercado que en España facturó en el segundo trimestre del año pasado 7.300 millones de euros. Un 23 % más que en el mismo período del año anterior. Según los expertos, la compra online en alimentación es una de las que más va a crecer en los próximos tiempos. La CNMC la sitúa como la octava de mayor penetración. Todo ello en un contexto en el que, según Kantar, el 26 % de los hogares ha hecho alguna vez la compra por Internet.
¿Qué supone todo esto para un negocio sea del tamaño que sea? El comercio electrónico implica tatuarse a fuego la palabra logística. Según el último estudio de ONTSI, el 28,5 % de las transacciones digitales en España requieren un envío físico. «El modelo tradicional de surtir a las tiendas ya conlleva dificultades. Y eso que son pedidos de cierto tamaño y programados para abastecer el inventario. El cliente del comercio electrónico demanda pedidos muy pequeños, muchas veces de solo una unidad, entregados en cualquier punto del territorio en el menor plazo posible y sin abonar gastos de envío. Esto obliga a más rupturas de carga para pasar del transporte de larga distancia a la distribución capilar en vehículos de pequeño tamaño», explica Alfonso Orro, codirector del máster en Logística y Transporte de la UdC.
El primer desafío está por lo tanto en gestionar el producto antes de llevarlo a los hogares. «Es necesario conocer en tiempo real y con precisión cuál es el inventario, las unidades que se pueden vender y los plazos de entrega en los que nos podemos comprometer. Hay que disminuir los costes en la medida de lo posible para ser competitivos, pero manteniendo la calidad del servicio. Si el cliente no queda satisfecho, lo más probable es que no vuelva a nuestra empresa».
El segundo desafío para las compañías es cómo gestionar la entrega. Una empresa que se lance a la venta online de producto físico puede hacer la entrega ella misma, algo cada vez menos habitual, o a través de un servicio de paquetería. «Si el transportista va asumiendo más tareas en la cadena de suministro, entramos en el campo de los operadores logísticos», dice Alfonso Orro sobre un modelo de negocio que no deja de crecer. El operador puede encargarse del empaquetado, gestionar el almacén, el inventario, realizar toda la gestión de la información. «Existen numerosos grados de subcontratación y cada empresa debe valorar la que más le conviene y en qué tareas quiere centrar sus esfuerzos». Según el Libro Blanco de Logística y E-commerce, el 75 % del comercio online considera necesario tener al menos dos proveedores logísticos.
Pero... ¿Cuánto nos puede costar la logística de nuestra compañía? Según el Centro Español de Logística, los costes representan el 6,5 % de las ventas. De esa cifra, el 60 % se corresponde con gastos de transporte. En las pymes el gasto es superior: puede llegar al 11 %. Lo que cada vez tienen más claro las empresas es que inversión en logística es sinónimo de competitividad. «Cada compañía debe decidir cómo lo hace, pero hay que hacer muchos números. Ganar dinero haciendo entregas rápidas y sin coste es muy complicado. Y no hay que olvidar las devoluciones. El coste de la logística inversa no solo supone que tu proveedor te traiga las devoluciones y te cobre lo establecido. Hay que hacer un proceso de revisión, que esté en perfectas condiciones o que vuelva al almacén. Las compañías necesitan profesionales de la logística», añade José Carlos Prado, director del Grupo de Ingeniería de Organización de la UVigo.
El rey de los reyes en este campo es Amazon. Con 11 centros logísticos en España, facturó el año pasado 4.200 millones de euros (con 53 millones de pedidos). Le siguen Aliexpress (1.237 millones de euros) y El Corte Inglés (más de 683 millones). Una lista en la que también están Carrefour, Zalando o Zara. El gigante Inditex es un referente mundial. Su caso se estudia en universidades de todo el mundo. «Tenemos una posición geográfica periférica para el transporte por carretera pero, desde ese punto, Inditex ha llegado al liderazgo mundial», comenta Alfonso Orro. «Manejan prendas que hay que diseñar, fabricar, almacenar y entregar. Todo el ciclo. Y los esfuerzos se han redoblado con la tienda online», apunta José Carlos Prado. Inditex tiene 10 centros logísticos en todo el país. Aseguran que llegan a todo el planeta en 48 horas. El grupo ha iniciado entregas en el mismo día en seis ciudades del mundo, entre ellas Madrid. Un carro al que también se ha sumado El Corte Inglés. Su presidente afirmaba hace unas semanas que deberían ser capaces de hacerlo en «menos de dos horas. Incluso en 30 minutos».
«Al transporte aún le queda mucha revolución para dar respuesta a esa exigencia que parece que tiene el cliente», apunta Prado.
En todo esto, Amazon sigue marcando el ritmo y presionando a sus competidores. Ya no hablan solo de repartir con drones, sino de dejarle el pedido a los clientes en el coche o incluso tener las llaves de su casa. «Es una empresa que le da a los clientes lo que quieren, que no para de evolucionar, de ahí su éxito. También el de su marketplace para que otros vendedores realicen su comercio electrónico a través de ellos. No podemos olvidar que todo esto ha creado controversia: desde el punto de vista laboral o incluso su fiscalidad», explica Orro.
¿Y qué sucede si el cliente no está en casa cuando llega el paquete? Pues que siguen evolucionando. Correos está implantando el CityPaq: instalar buzones en las comunidades de vecinos para dejarles ahí su producto. Su modelo de negocio ya no es solo la entrega, sino todo el proceso logístico, como el almacén.
El problema llega ahora para los puntos de venta. En Estados Unidos, los centros comerciales están cerrando de forma masiva. Casi el 30 % de los malls podrían desaparecer. 300 de los 1.200 existentes.
En España, el transporte internacional por excelencia es el marítimo, pero cada vez se usa más el aéreo. Una inversión de 3.000 millones en los próximos 40 años convertirá a Barajas en un centro logístico de referencia.