Eduardo Barrachina: «En la exportación, a veces echamos en falta más coordinación entre las empresas gallegas»

MERCADOS

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El presidente de la Cámara de Comercio de España en el Reino Unido, un organismo con 135 años de historia, habla sobre los retos que suponen el «brexit» y la crisis del coronavirus

12 may 2020 . Actualizado a las 21:39 h.

Está al frente de una institución con 135 años de historia en Londres. «Ninguna otra tiene el mismo grado de conocimiento del mercado británico», presume Eduardo Barrachina, el presidente de la Cámara de Comercio de España en el Reino Unido. Un punto de apoyo para las pymes que se reforzará tras la salida efectiva del país de la Unión Europea y del que es socio una cámara gallega, la de A Coruña desde 1965.

-Primero el «brexit» y ahora el covid-19. ¿La tormenta perfecta?

-El covid-19 es una situación extraordinaria. Todas las relaciones comerciales bilaterales entre Galicia y el Reino Unido se ven afectadas. No obstante, los productos agroalimentarios españoles siguen llegando. España es el sexto exportador del país. El consumo ahora es por Internet, salvo bienes de primera necesidad. El brexit va a afectar de modo muy desigual a las empresas, si tienen equipos permanentes en el Reino Unido o según los productos que exporten, si estarán sujetos a aranceles (componentes para automóviles y ciertos productos lácteos y de origen animal). Los más afectados serán los bienes perecederos si hay retrasos en puestos fronterizos. Habrá aduanas y eso implica cumplir con nuevos requisitos administrativos. Si no hay acuerdo, el transporte terrestre puede verse muy afectado al principio. Por su situación geográfica, en Galicia pueden beneficiarse del transporte naval y evitar problemas operativos en carretera.

-¿En qué debe centrarse Galicia?

-A Coruña sobresale por su ingente industria textil. Pontevedra y Ourense se conocen cada vez más por sus vinos y la carne de Lugo es muy estimada. Eso sí, nunca será tan fácil exportar como hasta ahora. El brexit cambia para siempre nuestra relación. Pero, las empresas gallegas deben continuar viendo el mercado británico como maduro y rentable. Preocuparse de exportar productos de calidad y forjar relaciones estables. Tienen, además, que encauzar su acción exterior de un modo ordenado por medio de sus cámaras territoriales, su Gobierno autonómico y nosotros. A veces, echamos de menos más coordinación.