Es el actual director ejecutivo de Amazon Web Services (AWS), el negocio de computación en la nube del gigante de Internet
14 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.¿Dejar el negocio en su momento más dulce, con las ventas y el beneficio por las nubes? ¿A quién se le ocurre? No parece, a priori, lo que se dice sensato. Ni tampoco que haya mucha gente dispuesta a dar ese paso. Pero, él lo ha hecho. Claro que él no es cualquiera. Él es Jeff Bezos, el genio de Amazon. Por momentos, el hombre más rico del mundo. Y siempre en los primeros puestos de ese goloso ránking. Cree que es el momento indicado para hacerse a un lado, con la compañía ganando 7.700 millones de euros y unos ingresos de 322.000 millones. Y eso, en el año de la pandemia. Casi nada.
«Amazon no podría estar mejor posicionada para el futuro». Así justifico Bezos su decisión hace algo más de una semana en un comunicado enviado a sus trabajadores. Eso, y que no da abasto con tanto proyecto que tiene entre manos. «Ser el CEO de Amazon es una gran responsabilidad y consume. Poner atención en otra cosa es complicado», dijo. Entre ellos, su empresa espacial, Blue Origin, que trabaja por la conquista de los viajes comerciales al espacio, en pugna directa con SpaceX de Elon Musk, el fundador de Tesla y principal rival del de Amazon en eso de reinar en el Olimpo de los ricos.
Superada la sorpresa inicial de esa inesperada salida del primer plano del de Albuquerque (Nuevo México), lo siguiente que se le pasa a una por la cabeza es aquello de a ver quién es el guapo que asume el reto de recoger ese testigo. El reto es de los que amedrentan al más pintado. Pero no al elegido por la mano de Bezos. Andy Jassy, se llama. Un hombre de la casa, claro. Es el actual director ejecutivo de Amazon Web Services (AWS), el negocio de computación en la nube del gigante de Internet. Un servicio que utilizan millones de empresas, organizaciones y Gobiernos de todo el mundo y del que Jassy fue el principal impulsor hace ya algunos años. Es el negocio que más beneficios genera ahora mismo al titán estadounidense. El año pasado su facturación aumentó un 30 %, hasta alcanzar los 37.800 millones.
Nacido en Nueva York, el que será el nuevo hombre fuerte de la compañía -el relevo se hará efectivo allá por el tercer trimestre de este año- lleva casi toda la vida en ella. Desembarcó en Amazon solo tres años después de su fundación, en 1997. Y lo hizo nada más acabar su MBA en la Harvard Business School. «Hice mi examen final en HBS el primer viernes de mayo de 1997 y comencé con Amazon al lunes siguiente», contaba no hace mucho el sucesor de Bezos.
«Andy es muy conocido dentro de la empresa y ha estado en Amazon casi tanto tiempo como yo. Será un líder sobresaliente y tiene toda mi confianza», dijo de él su jefe el día que hizo pública la noticia, sobresaltando con ello al mundo tecnológico y también al que no lo es tanto.
Aunque bien cierto es que Bezos solo se echa a un lado, no se va. Seguirá detrás de todas las decisiones de calado que se tomen en Amazon. Solo que ahora desde el sillón de presidente ejecutivo.
Ingente tarea, en cualquier caso, la que tiene por delante Andy Jassy: la de seguir engrasando la máquina de hacer dinero de Amazon. Eso y encarar los muchos frentes laborales y regulatorios que tiene abiertos el gigante del comercio electrónico. Son variados y conocidos los conflictos que han enfrentado -y enfrentan- a la compañía con sus trabajadores. El último, y por poner solo un ejemplo, el de las propinas: tendrá que devolver 62 millones de dólares a sus repartidores, después de habérselas quedado. Peccata minuta, si las autoridades, de uno y otro lado del Atlántico, consiguen dar cuerpo a las sospechas de prácticas monopolísticas que se ciernen sobre Amazon.
En difinitiva, que a Jassy, casado y con dos hijos, poco es el tiempo que le va a quedar para dedicarle a sus grandes pasiones: los deportes -es copropietario del Seattle Kraken, nuevo equipo de la Liga Nacional de Hockey-, la música y el cine. Pero, ya saben que sarna con gusto...