En los primeros cien días del divorcio, las exportaciones a la UE se han desplomado, y más de un billón de euros ha salido de la City hacia otras capitales comunitarias
26 abr 2021 . Actualizado a las 09:19 h.La economía británica sigue sin ver ese paraíso de oportunidades que el brexit abriría, tal y como pronosticaron sus defensores más furibundos. Más de 100 días después de la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea (UE), los primeros datos revelan que no se han equivocado aquellos que advirtieron que el divorcio saldría caro, aunque fuese pactado. El comercio, por ejemplo, ha sufrido un varapalo sin precedentes. En enero, las empresas británicas vendieron al resto de la UE apenas 6.450 millones de euros, lo que representa un 40,7 % menos que lo facturado un año antes. Es el mayor descenso registrado desde 1997.
En febrero el panorama parecía mejorar: las ventas repuntaron hasta los 13.500 millones de euros, pero la cifra fue 7,8 % inferior a la del mismo mes del 2020. Los nuevos requisitos aduaneros y sanitarios que entraron en vigor tras la oficialización del divorcio son los principales responsables de esta caída. La salida de alimentos y animales del Reino Unido sufrió en enero una caída interanual del 59 %, la de productos químicos un 52 % y la de carburantes un 45 %. Las importaciones comunitarias al Reino Unido también sufrieron, aunque en menor medida gracias a que Londres aplazó hasta 2022 los controles a las mercancías que llegan al país desde el bloque, precisamente para tratar de amortiguar el golpe. Pero lo más alarmante es que en febrero las exportaciones hacia países no miembros de la UE también cayeron en 14.700 millones de euros; es decir un 10,5 % en comparación con lo contabilizado un año antes. El impacto del brexit no solo se ha sentido en la industria manufacturera, sino incluso en el todopoderoso sector financiero. A principios de año trascendió que Ámsterdam (Países Bajos) había desbancado a Londres como la principal plaza financiera.
Esta semana un estudio de la consultora New Financial ha revelado que los bancos británicos han transferido hacia la UE casi un billón de euros. Las aseguradoras han sacado del país otros 110.000 millones de euros, según las primeras estimaciones. «La peor noticia es que estas cifras, casi toda seguridad, subestiman el panorama real», sostiene la consultora, que alerta, además, que «apenas estamos en el comienzo del brexit». En el estudio se calcula que unas 450 firmas han mudado parcialmente sus operaciones a otras capitales en los últimos meses. Dublín, Paris y Luxemburgo son los tres destinos más escogidos. Y este número podría seguir creciendo. A mediados del pasado mes de marzo, el presidente de JP Morgan, Jamie Dimon, advirtió de que, «dentro de algunos años», la firma podría cerrar sus operaciones en la capital británica debido a la salida de la UE. El sector financiero no fue incluido en el acuerdo comercial que Londres y Bruselas firmaron a finales del pasado año, y las posibilidades de que pacten algo que les permita operar cómo lo hacían antes parecen complicadas. ¿La razón? La decisión del Gobierno de Boris Johnson de modificar unilateralmente las condiciones pactadas para la conflictiva Irlanda del Norte.