Roberto Ruiz-Scholtes: «Hay una gran demanda latente de consumo de hogares y empresas»
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Tras el terremoto económico como consecuencia de la pandemia, Ruiz-Scholtes apunta a que llegará la fuerza del ahorro de los ciudadanos, pero también la necesidad en el acierto en las reformas estructurales. Considera que la tendencia de recuperación se mantendrá en la segunda mitad de este año y en el 2022. Una de las claves pasa por el destino de los fondos europeos
13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Director de Estrategia de UBS en España y miembro del Comité de Inversiones Global del CIO en Zurich, la experiencia de Roberto Ruiz-Scholtes le lleva a ver un escenario tras la pandemia en positivo, pero con claras directrices.
—¿Comparte que la vacunación es la mejor política económica?
—Sí, porque hay una gran demanda latente. De consumo por los hogares, e inversión por las empresas, que aflorará cuando se sigan relajando las restricciones y propiciará una recuperación muy fuerte en los próximos trimestres. Debe venir, eso sí, acompañada de reformas estructurales que permitan elevar el potencial de crecimiento, y de cambios en el modelo económico para aprovechar la transición ecológica y digital.
—De cara a la segunda mitad del 2021, ¿qué estimaciones tienen de crecimiento para España?
—Se mantiene, a grandes rasgos, la senda de recuperación prevista hace unos meses. Veremos una fuerte reaceleración, que se prolongará en la segunda mitad del año y en 2022. Al impulso inicial del consumo le seguirá la vuelta del turismo y, más adelante, la llegada de los fondos europeos. La previsión de UBS de crecimiento del PIB real de España es de un 5,3% este año y un 6,4% en 2022. Creo que la referencia más relevante es que el nivel de PIB de final de 2019 se habrá recuperado ya a final de 2022, con mucha más rapidez que en crisis anteriores.
—¿Qué peso va a tener el dinero que llegará para España del Fondo Europeo de Recuperación?
—Todavía escaso este año, unas 2 o tres décimas, pero muy potente en 2022, entre el 1 y el 1,5%. La clave estará en el diseño de los proyectos, de forma que logren movilizar capitales privados y un efecto multiplicador elevado. Si de verdad fuera así, la ambiciosa proyección del Gobierno del 7,0% en 2022 estaría al alcance.
—¿Y las reformas postergadas?
—Llegarán, me temo, solo de forma parcial y gradual. No existe un clima político propicio para algunas reformas que inicialmente tienen algunos efectos adversos. La ventaja es que los fondos del Next Generation están condicionados a las reformas estructurales, por lo que contaremos con un catalizador que obligará a implementar las más acuciantes.
—¿Qué pasará cuando los bancos centrales inicien la retirada de los estímulos y Europa reimponga la senda de consolidación fiscal?
— El BCE mantendrá su política expansiva durante varios años más. En UBS vemos un riesgo muy bajo de que su tipo de intervención entre en terreno positivo antes de 2025. Otra cosa es la reimposición de la consolidación fiscal de la UE, que esperamos para 2023. Esto obligará a un ajuste presupuestario de unos 15.000-20.000 millones al año, que deberá afrontarse con una combinación de ajustes en el gasto y de aumento de la presión fiscal.
—¿Cree que, pese a estos 750.000 millones del fondo, Europa corre el peligro de volverse a quedar rezagada respecto a Estados Unidos?
—La UE se queda rezagada este año. Pero el Next Generation dará un impulso en 2022, mientras que en Estados Unidos la política fiscal ya no será tan expansiva. Prevemos un crecimiento más fuerte de la UE el próximo año, que cerrará algo la brecha. El diferente comportamiento bursátil tiene en parte que ver con la dinámica económica, pero se debe más a la diferente composición sectorial. El mayor peso de la tecnología en la bolsa estadounidense y el lastre de algunos sectores tradicionales en Europa explican íntegramente esa enorme brecha en rentabilidades.
—¿Tienen aún recorrido las bolsas o cabe esperar una corrección?
—Tienen todavía recorrido, del orden de un 6 %-7% más dividendos en los próximos 12 meses en nuestro escenario central. Es cierto que, tras las subidas tan fuertes de los últimos meses, y en este período de repunte de la inflación y de los tipos a largo plazo, cuando los datos económicos y empresariales dejen de sorprender tan positivamente, es probable alguna corrección. Pero no esperamos que sea muy profunda o duradera. La combinación de las favorables condiciones de financiación, la enorme liquidez acumulada por muchos hogares y empresas, el fin de las restricciones y el arranque de los planes de inversión pública — que van a sostener el fuerte crecimiento del PIB y de los beneficios también en 2022— deberían de prolongar la tendencia alcista.
—¿Cuál es el destino del ahorro de las familias?
—Ciframos el ahorro extraordinario en 61.500 millones (un 5% del PIB). Prevemos un aumento muy fuerte del consumo, tanto por que se normalice la tasa de ahorro como porque aflorará parcialmente el acumulado en 2020. Habrá una recuperación muy potente del gasto en ocio o turismo en los próximos meses. De forma más sostenida, esperamos que se destine en parte a bienes de consumo duradero, como los automóviles y el equipamiento del hogar, a reformar las viviendas y a comprar inmuebles. Más que una subida sustancial del precio de la vivienda, anticipamos mucho mayor volumen de transacciones y que la combinación del gran ahorro acumulado y de las ayudas públicas para mejorar la eficiencia energética de las edificaciones propicie un auténtico boom de la rehabilitación y la reforma.
—¿Hay riesgo de burbuja de la energía verde?
—Sí en las bolsas, no en las inversiones reales. Es cierto que algunas de las compañías descuentan una ejecución íntegra y extraordinariamente rentable de unos planes de negocios muy ambiciosos, y vemos riesgo a la baja en su cotización. Preferimos sin duda las eléctricas integradas, que poseen el musculo financiero y la capacidad técnica para afrontar esas inversiones, y están mucho más diversificadas por actividades, tecnologías y geografía.
—¿Comparte los temores inflacionistas y de subida de tipos de interés?
—El repunte de la inflación es temporal, ya que no se va a realimentar y consolidar con una espiral salarial. El IPC interanual irá aflojando en el segundo semestre y en 2022 volverá claramente por debajo del 2%. La inflación subyacente tardará muchos años en alcanzar el objetivo del BCE. Como además el banco central está estudiando cómo reformular su mandato, probablemente girando hacia un objetivo más simétrico de inflación, prevemos que mantenga su tipo efectivo de intervención en el -0,5% hasta, al menos, 2024.
—¿Qué lecciones cree que un inversor o un ahorrador debe extraer de la pandemia?
—Analizar y ser consciente de la naturaleza de la crisis. Cada una es diferente.No subestimar nunca el poder y voluntad de intervención de los bancos centrales. Asumir el cambio de política económica y fiscal que se ha producido en la UE y Estados Unidos. No subestimar el poder de adaptación de los consumidores y empresas. La importancia de mantenerse invertido y no capitular en el peor momento de la crisis. La potencia de las transformaciones estructurales y la gran oportunidad de negocio que representan.
—¿Imposible ahorrar o a invertir sin tener presente el cambio climático?
—El sector financiero y las empresas cotizadas están integrando muy rápidamente la lucha contra el cambio climático. También deben asumirlo los inversores particulares. Las inversiones sostenibles han sido grandes ganadoras en las bolsas en los últimos años, y hay numerosos fondos para participar en esta tendencia. La inversión en las megatendencias ha de ser una parte sustancial de la cartera de cualquier inversor a largo plazo. Han proliferado los fondos temáticos, pero es muy importante saber discernir entre ellos para evitar ideas sobrevaloradas o con un recorrido limitado.