Cris Xu, el mago de la moda «low cost» en Internet

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Shein es una plataforma china que, sin hacer ruido y en poco más de diez años, se ha convertido en un serio competidor de los gigantes del sector

25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es muy probable que si peina usted canas y no tiene a su alrededor a ningún adolescente en pleno apogeo (de esos que andan siempre atormentados con el sempiterno ¿qué me pongo), eso de Shein le suene a chino. Nunca mejor dicho.

Pues bien, continúe leyendo, que intentaré ponerle remedio a ese, digamos, apagón informativo. Shein es una plataforma china de comercio electrónico especializada en moda que, sin apenas hacer ruido y en poco más de diez años, se ha convertido en un serio competidor de los gigantes del sector.

Y no es que hayan inventado nada nuevo. ¡Qué va! Lo que han hecho es perfeccionar el modelo low cost que tan buenos resultados les ha dado a otros. El secreto de su éxito: precios bajísimos (de derribo se podría decir), velocidad de vértigo en el lanzamiento de diseños nuevos (cientos de ellos cada semana), una gran habilidad para seguir (por no decir aquello de plagiar) las tendencias, y una enorme popularidad en las redes sociales (Tik Tok e Instagram, sobre todo), donde barre gracias al apoyo de influencers como Katy Perry y Lil Nas X. Por no hablar de sus incesantes campañas de descuento.

La llaman el Aliexpress de la ropa. Arrasa. Tanto es así que, de acuerdo con los datos que maneja Bloomberg, sus ventas online superaron a las de Zara en el 2020. Otro dato para hacerse una idea de lo fuerte que pisa: en mayo pasado fue la app de compras más descargada en Estados Unidos, por delante incluso de la todopoderosa Amazon. Ahí es nada.

Pero, ¿quién está detrás de ese éxito tan apabullante como desconocido para la inmensa mayoría de los que no se cuentan entre los de la generación Z o tienen alguno de sus integrantes cerca? No crean que es fácil responder a esa pregunta. Sabemos su nombre: Cris Xu, conocido también como Yangtian Xu. Estadounidense de origen chino, para más señas. O eso parece. Porque lo cierto es que hay quien hasta duda de que sea él el que de verdad creó y gestiona la plataforma.

«Todos tienen derecho a disfrutar de la belleza de la moda», es el eslogan que en su día eligió para su criatura, nacida en el 2008 y a la que entonces bautizó como SheInside, para cambiarle después el nombre, en el 2015, y rebautizarla como Shein. Fue entonces cuando, desde el cuartel general de la empresa en la ciudad china de Guangzhou, decidieron emplearse a fondo en la conquista del mercado internacional. Y no les fue mal. Nada mal. Están en 220 países. Europa, América, Australia y Oriente Medio son las regiones más importantes para la empresa que, además, cuenta con instalaciones logísticas en varios países.

No han hecho otra cosa que crecer en estos últimos años. No son cifras oficiales -el halo de misterio que rodea a su fundador tiene su réplica en los datos de la compañía, que no cotiza en bolsa y no está obligada a airearlos en detalle-, pero bien valen como botón de muestra: dicen que el año pasado facturó más de 63.500 millones de yuanes (algo más de 9.700 millones de euros), el doble de lo que ingresó el anterior. No tiene tiendas físicas. El escudo perfecto para esquivar el golpe de la pandemia.

Del fundador de Shein se sabe también que nació en 1984 en la provincia china de Shandong y que se graduó en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Qingdao en el 2007, formación que luego completó en la Universidad de Washington. Y, poco más. Si acaso, que antes de fundar la plataforma que tantas alegrías le está dando trabajaba en el departamento de márketing online de Nanjing Aodao, otra empresa de moda china, donde se convirtió en todo un experto en SEO (técnicas de posicionamiento en buscadores de Internet). Lo demás, es todo un enigma. Sobre todo, su vida personal. Ni mu se ha dicho de ello. Discreto, que es el mago del low cost.

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