Ignacio Gutiérrez-Orrantia, el directivo que dio calabazas a Naturgy y que se mantiene al frente de la banca de inversión de Citi
16 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Figuraba en todas las quinielas como candidato a ser designado número dos de Francisco Reynés en Naturgy, empeñados, como están, dos de los grandes fondos presentes en el accionariado de la compañía, CVC y GIP, en recuperar la figura de consejero delegado para la cúpula de la energética. Un cargo, este, que desapareció tras el nombramiento de Reynés como presidente con plenos poderes en febrero del 2018, dejando a la eléctrica como una de las pocas empresas del Ibex que no se ciñe al modelo anglosajón de mantener separadas las funciones directivas.
La luz verde al nombramiento de Ignacio Gutiérrez-Orrantia la tenía que haber dado el consejo de administración de Naturgy esta semana. No ha sido así. Un inesperado giro de última hora llevó al bilbaíno a tomar la decisión de quedarse donde está: como máximo responsable para Europa, África y Oriente Medio de la división de banca de inversión de Citi. El área desde la que se tejen las grandes fusiones y adquisiciones de empresas, un terreno que ya dominó en Goldman Sachs en Londres entre los años 1995 y 2002.
Desconocido, y mucho, para el gran público, se formó Gutiérrez-Orrantia en la Deusto Business School. Lleva el ejecutivo, asesor de temas económicos y empresariales del PNV, casi 20 años en Citigroup, a donde llegó procedente de Merrill Lynch (allí era director de banca de inversión), y donde ha ido escalando puestos hasta llegar lejos: es responsable de un negocio que abarca 55 países y del que dependen más de 2.000 empleados. Se queda en la entidad. Así que todavía puede aspirar a lo más alto.
El paso atrás del bilbaíno, al que Naturgy, dicen las lenguas —no se sabe si buenas o malas— financieras, le habría puesto sobre la mesa un sueldo inferior al que percibe en el Citi, ha dejado en suspenso eso de recuperar la figura del consejero delegado. No lo habrá en el corto o medio plazo, aseguran en los mentideros bursátiles, donde también se comenta que su renuncia tiene más que ver con la buena relación que tiene con Reynés y la interpretación que se había hecho de que llegaba para menoscabar el poder del presidente, que con cuestiones de bolsillo. De hecho, venía apadrinado para el puesto por el propio Reynés, con el que comparte perfil financiero y con el que ha trabajado codo con codo en más de una operación. No solo en Naturgy, sino también cuando el ahora presidente de la eléctrica pilotaba Abertis. De hecho, está considerado como su banquero de cabecera. Habría sido un buen tándem, mantienen no pocos analistas.
Pero, aunque frustrada finalmente, no ha dejado la posible incorporación de Gutiérrez-Orrantia las cosas como estaban en el seno de la compañía. La marejada en el accionariado ha sacado del cajón y desempolvado el bautizado por la firma como Proyecto Géminis. Esto es, la división en dos del grupo. Por un lado, los negocios regulados (Naturgy Networks); por el otro, los liberalizados (Naturgy MarketsCo).
El plan fue presentado en sociedad en febrero del año pasado, pero hete aquí que llegó Putin, invadió Ucrania y desató una crisis energética de las que hacen época. Así que hubo que aparcarlo. Para disgusto de los mismos fondos que han estado reclamando ahora un consejero delegado. Y eso porque ven en Géminis una ventana para poder deshacerse de su inversión (tienen cada uno un 20 % del capital) llegado el momento, consideran, de dar por finalizado su ciclo en la energética, de la que querrían estar fuera, como muy tarde, en el 2026. Habría sido curioso ver al ideólogo, junto a Reynés, del plan Géminis sacando adelante a su criatura. No ha podido ser.
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