La industria está sufriendo en todo el continente europeo, pero la Comisión ha salido al rescate con un plan de medidas que colocarán a esta comunidad como actor de referencia en Europa
17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia es un actor clave en el desarrollo de la energía eólica en el conjunto de España. De hecho, actualmente, hay instalados 3.887 megavatios de generación eólica en la comunidad, lo que corresponde aproximadamente con el 13 % del total de la energía eólica instalada en todo el país, que supera ya los 30.000. Si tenemos en cuenta que esta comunidad supone aproximadamente el 5,6% de la demanda nacional, la contribución de la tierra gallega al cumplimiento de objetivos de desarrollo de esta fuente de energía es muy significativa en nuestro país. Durante años, el desarrollo de las instalaciones y las infraestructuras necesarias para su operación han sido un motor clave para la economía gallega. De hecho, en términos de ocupación, el sector emplea a más de 5.500 personas y su contribución al PIB de Galicia roza el 1%, lo que duplica casi la aportación del sector al PIB español.
Sin embargo, se ha producido una desaceleración en el desarrollo e instalación de la nueva capacidad; si analizamos la tasa de crecimiento anual compuesta en el período 2025 a 2023, el crecimiento de la eólica gallega ha sido tan solo del 1, 8%, mientras que a nivel nacional el sector ha alcanzado el 3,2 %.
Otro dato ligeramente preocupante es que según la Red Eléctrica de España (REE), en Galicia, existen 7.441 megavatios con autorización de acceso y conexión concedida, pero pendiente de puesta en servicio. Para ser sinceros, la incorporación de esta nueva potencia instalada supondría un punto de inflexión y un impulso al desarrollo del sector.
Además, también habría que tener en cuenta los planes para el desarrollo de la energía eólica marina, donde compañías como Iberdrola, Capital Energy, Bluefloat, Cobra, Ferrovial, Iberblue Wind y ABEI Energy, han comunicado su intención de llevar a cabo el desarrollo de una cartera de proyectos cuya potencia instalada supere los 8.000 megavatios.
Pero el caso de Galicia no es un caso aislado. La industria eólica está sufriendo en todo el continente europeo numerosos problemas, como la incertidumbre del comportamiento de la demanda, las tensiones en la cadena de suministro, el aumento de los costes por la falta de acceso a las materias primas, la elevada inflación, la volatilidad de los precios en los mercados… Son las principales circunstancias que generan la desaceleración en el desarrollo de los proyectos. Además, en el caso de la tecnología offshore se añaden los riesgos asociados al diseño de algunas turbinas que han paralizado una cantidad importante de proyectos.
Pero ante un problema, siempre hay una solución. La Comisión Europea sale al rescate y ha lanzado un ambicioso plan de recuperación con un paquete de medidas para impulsar la industria eólica con el objetivo de recuperar su ritmo habitual, tanto en el viejo continente como en España y, por supuesto, en Galicia. El plan de acción establece una serie de medidas a adoptar de manera inmediata por todos los estados miembros.
¿Qué medidas contempla ese plan de recuperación europeo? Lo primero, potenciar la aceleración del despliegue mediante una mayor previsibilidad y una concesión de permisos más rápida. En esta línea, se va a ayudar a los países europeos a mejorar la digitalización de los procesos de tramitación de permisos. En España, por ejemplo, tanto a nivel nacional, como autonómico, se ha recorrido un camino importante en digitalización, pero desde Europa insisten en que hay que seguir aumentando esa agilidad.
Otra de las líneas del plan que deberían ayudar a corregir la situación en nuestro país es mejorar la visibilidad de la cartera de proyectos mediante compromisos eólicos y calendarios de subastas transparentes. Ambos con un diseño mejorado y planificación a largo plazo. En esta línea, está pendiente el desarrollo a nivel europeo de un proyecto para la planificación del desarrollo de la red de transporte y distribución: la pieza clave, dar confianza a los inversores.
En materia económica, se refuerza el acceso a la financiación a través del Fondo de Innovación y la disposición de garantías de reducción del riesgo, facilitadas por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Asimismo, la Comisión se compromete a garantizar que la tecnología europea compita en igualdad de condiciones con países como China.
Por último, pero no menos importante, me gustaría destacar el compromiso de la Comisión para el impulso de nuevas capacidades, lo que pondrá en marcha el desarrollo de academias europeas con el objetivo de formar a 100.000 alumnos en un plazo de tres años. Una iniciativa que ofrecería a Galicia una oportunidad única para transformarse en una región de referencia en la formación técnica para el desarrollo de la industria eólica.
Adicionalmente y en lo que respecta a la energía eólica marina, se están estableciendo medidas adicionales para reforzar la infraestructura de red y la cooperación regional, acelerar la concesión de permisos, garantizar una ordenación integrada del espacio marítimo, reforzar la resiliencia de las infraestructuras, respaldar la investigación y la innovación, así como desarrollar las cadenas de suministro y las capacidades. Y aunque hablemos de parón, todos los planes y las medidas propuestas por la Comisión Europea servirán para el resurgir del sector en Galicia. Medidas que se deben aprovechar para reactivar su industria eólica y convertirse en un actor de referencia no solo en España, sino también en Europa.
Marta Sánchez Álvarez. Socia de Estrategia y Consultoría para el sector de Energía de EY.