La economía, al igual que el mar, tiene sus corrientes. Ubícate en una y verás que el avance es natural. ¿Dónde están?, ¿cuáles? Una vez respondidas, el tema es averiguar si, como territorio, te puedes beneficiar de ellas.
La lucha contra el cambio climático es la más relevante. La totalidad de los gobiernos han decidido, con mayor o menor convencimiento, actuar sobre su huella de carbono. En el caso de la UE va más allá, desea aprovechar el nuevo paradigma para intentar colocarse a la cabeza de la industria verde. Y aquí, España y Galicia, si juegan con acierto sus cartas, pueden colocarse a la cabeza de la generación de energía renovable. Solo ha de transformar sus recursos, aire, sol y agua, en un producto y al hacerlo activar el damero económico. Si hay parques de renovables, puede haber PPA (power purchase agreement) o acuerdos bilaterales de compra de energía a largo plazo. Si existen estos acuerdos, los promotores financian en mejores condiciones sus parques y la industria accede, a largo plazo, a un precio cierto y bajo. Ideológicamente se podría decir que estos PPA serían energía de Galicia al servicio de Galicia. ¿Dudas? Ha sido el camino elegido por Aragón y su último fruto es la captación de una inversión de 15.700 millones por parte de Amazon para crear la mayor red de centros de datos del sur de Europa. Aragón avanza, aquí la oposición aplaude cada vez que se judicializa un nuevo parque mientras el TSXG parece disfrutar con su evidente «capacidad de veto». Hay quien cree que cuando respira el mundo se paraliza, pero para su desgracia eso solo ocurre en algunas elucubraciones, las oníricas. Fuera de los espacios de ensoñación, el mundo suele girar y solo le guiña el ojo a aquellos que andan a su misma velocidad.
El 40 % de la huella de carbono la genera la construcción; el textil, un 10 %. Para impactar en lo primero, Galicia puede ofrecer madera constructiva, generada a partir de nuestras coníferas, el pino. Y si alzamos la mirada a las fibras de baja huella de carbono, emerge el lyocel, la que desea producir Altri, y que bebe del eucalipto. Los dos principales árboles de Galicia son estratégicos.
La creación de nuevas cadenas de suministro es otra de las obsesiones de Europa. Si tenemos el recurso, úsese. Los analistas políticos predicen escenarios futuros de colapso de las redes internacionales de mercancías. Ante ello lo inteligente es reducir las dependencias externas. La minería, ante esta línea estratégica, emerge como beneficiada y Galicia, que es rica en recursos, está, como en los temas energéticos, aún sin activarse. Si en energía debemos mirar a Aragón para entender lo que podríamos ser y no somos, en este campo observemos a Andalucía, y más específicamente Huelva, es la respuesta. La minería ilegal, manchada de sangre, de algunas zonas de América y África, no mueve las conciencias en los activistas ecologistas gallegos, mientras que la autóctona, sometida a la estricta legislación europea o la gallega, impulsada por el BNG en el bipartito, destroza, a su juicio, las entrañas de nuestra tierra ¡Una mina, para algunos de nuestros políticos, es una mina!
La simbiosis entre reducir la huella de carbono y redefinir la cadena de suministro nos direcciona hacia la economía circular, aquí, por ejemplo, se ubica el último proyecto inversor de Ence. Europa vuelve a repartir cartas, para algunos jugarlas supone una oportunidad estratégica para ubicar a Galicia en vanguardia, para nuestro nacionalismo de izquierdas una vuelta a la economía neocolonialista, opresora, represiva y esquilmadora de recursos. ¿Y para usted?