Agro gallego con sello de innovación

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La Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga) capta 5 millones de euros de financiación para mejorar la productividad y la sostenibilidad en los sectores ganadero, agrario y forestal

06 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La cooperativa vitivinícola Paco & Lola, con 430 socios y sede en Meaño, es la más grande en número de productores de la denominación de origen Rías Baixas. Y hace ya algunos años que se embarcó en diferentes proyectos de innovación para ganar competitividad, en alianza con bodegas de otras comunidades. Ahí está el proyecto Gesviña, dirigido a la reducción de productos fitosanitarios, o Saluvino, que aborda la sustitución del sulfuroso en el vino por compuestos fenólicos de fuentes alternativas. Ahora dará un paso más con su participación en el grupo operativo Ubavida, que bajo el liderazgo de Bodegas Matarromera (Ribera del Duero) lanzó un proyecto de investigación para reducir el contenido alcohólico de los vinos, no solo con intervenciones durante el proceso enológico, sino también incluyendo técnicas de manejo vitícola para la obtención de uvas de reducida concentración de azúcar.

La iniciativa de Ubavida, que cuenta con la colaboración de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) y la Federación Española del Vino (FEV), es uno de los nueve proyectos de innovación de los sectores agroalimentario y forestal que serán desarrollados con cargo a los 5 millones de euros de financiación captada por la Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga) de la convocatoria realizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para los grupos operativos supraautonómicos.

La búsqueda de la financiación para el desarrollo de las diferentes iniciativas innovadoras la realizó el departamento de Innovación y Proyectos Nacionales de Feuga, que además consiguió liderar la captación de fondos de la convocatoria del Ministerio, al participar en el 14 % de los proyectos aprobados, encaminados todos ellos a mejorar la productividad y la sostenibilidad en diferentes ámbitos de los sectores agroalimentario y forestal.

Papel de las universidades

De las nueve iniciativas que serán desarrolladas, todas ellas de carácter colaborativo y multidisciplinar, tres están lideradas por diversos departamentos de la Universidade de Santiago (USC), dos más están dirigidos o codirigidos desde la Universidade de Vigo (UVigo), y el resto desde entidades de fuera de Galicia.

En el primer bloque se encuentra el grupo operativo Prerivid, que trabaja en una herramienta avanzada de riego de precisión para los viñedos, que utilizará datos de la vid, del suelo y de las condiciones meteorológicas para prever las necesidades hídricas y mejorar la eficiencia del riego. El proyecto lo impulsó la propia Feuga, junto con Monet, Quinta Couselo, Quinta Sardonia y Bodegas Enguera, y bajo la supervisión de la USC y el CSIC se llevará a cabo en distintas regiones con climas diversos para fomentar la sostenibilidad del sector.

El grupo de Sistemas Silvopastorales de la USC también lidera el proyecto Ash4Soil, que busca mejorar la calidad de suelos ácidos y aumentar la productividad agrícola y forestal mediante un enmendante-fertilizante elaborado a partir de cenizas de quemas forestales y purines ganaderos.

Otra de las iniciativas con dirección en la USC es Climalact, que se ocupará de desarrollar una marca de sostenibilidad y neutralidad climática para el sector lácteo en Galicia y Asturias. Lo que pretende es mejorar las prácticas tanto en las granjas, como en el sistema productivo y en el resto de la cadena de valor mediante análisis conjuntos, alineándose con los objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea.

En cuanto a la UVigo, a través del Grupo de Tecnología Energética (GTE), lidera el proyecto Simbav que busca mejorar la competitividad del sector avícola mediante la digitalización y economía circular, optimizando recursos, reduciendo consumo de energía y agua, y reutilizando biorresiduos. Y junto a la Universidad de Córdoba, la UVigo también dirige la iniciativa Olivitech, que pretende desarrollar un sistema de alertas para la prevención de enfermedades en los olivos, reduciendo los fungicidas y promoviendo una olivicultura más sostenible. La firma gallega Aceites Abril participa en el proyecto.

Los grupos operativos restantes que contarán con financiación captada por Feuga son Maxi-CoberLEG, que trabaja en la selección de leguminosas de invierno para controlar plagas en Galicia, Murcia, Cataluña y Comunidad Valenciana; el proyecto Planforlab, que pretende establecer una red de bosques laboratorio para mejorar las plantaciones de coníferas en Galicia, Castilla y León, País Vasco y Madrid; y la iniciativa Olivebiome, que trabaja en el desarrollo de pre y probióticos para la alimentación animal usando fibra de alperujo y subproductos agrícolas.

En el marco de la convocatoria del Ministerio de Agricultura se destinaron 37,3 millones de euros para financiar 65 proyectos innovadores de los grupos operativos creados para desarrollar los programas de la Política Agraria Común.

 

XOAN A. SOLER

luis carbia noya, responsable de la unidad de gestión de proyectos nacionales de feuga

«Hemos implicado a 1.200 empresas en los proyectos» 

Desde la Unidad de Proyectos Nacionales de Feuga, que dirige Luis Carbia, se trazó la estrategia dirigida a captar financiación para desarrollar los proyectos innovadores en el sector agroalimentario y forestal gallego.

—¿Qué papel desempeña Feuga en el desarrollo de los proyectos?

—Tenemos dos líneas de actuación, ayudar a las empresas a gestionar sus proyectos de I+D y los de innovación. Hacemos esta diferencia por la propia idiosincrasia de cada tipo de proyecto. En el caso de los de I+D, identificando la idea, acompañando a la empresa, buscando colaboradores tecnológicos, financiación a todos los niveles, y en los proyectos de innovación también colaborando en su divulgación y en hacer que la ejecuten los socios.

—¿A qué sector pertenecen mayoritariamente los proyectos en los que trabajan?

—Somos multisectoriales. Tenemos proyectos en química, en el área de las TIC, de energía, en área de mar, en área forestal, toda aquella actividad industrial que continuamente quiere estar en desarrollo. En el ámbito de la innovación estamos centrados en el sector agroalimentario y forestal.

—Gestionan un presupuesto medio de 12,6 millones de euros al año en distintos proyectos, ¿a cuántas empresas implicaron?

—Alrededor de 1.200 empresas y entidades están implicadas en los proyectos o han recibido asesoramiento, aunque no todas las iniciativas salen adelante, porque en algunos casos no se llevan a cabo por falta de financiación.

—¿Hay alguna experiencia de éxito que se pueda percibir?

—Sí la hay. Nosotros trabajamos en régimen de confidencialidad con las empresas y no podemos dar detalles, pero baste decir que cuando se abre una lata de cerveza, ahí hay I+D de una empresa gallega, cuando se pulsa el interruptor de la luz, hay un desarrollo de I+D gallego que con ese gesto está controlando todo el servicio.

—¿En qué apartados destaca Galicia en innovación?

—Hay sectores muy dinámicos, como puede ser el del vino, con ciertas entidades que se lanzan a la innovación, Martín Códax o Paco & Lola, que se atreven y hacen cosas. El sector agroalimentario tiene cierto potencial, aunque con muy pocas empresas grandes que tiran del carro, y a pesar de ello hay muchas empresas pequeñas que entran en los grupos de innovación. También hay potencial, por ejemplo, en el sector forestal, con grandes empresas tractoras que podrían tener un protagonismo mayor.