Las oportunidades de renta de Galicia

Fernando González Laxe
Fernando González Laxe CATEDRÁTICO EMÉRITO DE ECONOMÍA APLICADA. UNIVERSIDADE DA CORUÑA

MERCADOS

Aunque los municipios más grandes son también más prósperos, la situación de mayor bienestar se genera en los municipios intermedios. En los concellos con universidades y del extrarradio de grandes ciudades las oportunidades de renta son mayores

09 dic 2024 . Actualizado a las 18:15 h.

 Nadie discute la existencia de grandes brechas entre territorios y, dentro de los propios territorios, en España. Lo revelador es calcular un indicador de prosperidad que permita medir las oportunidades que poseen los ciudadanos de elevar su renta en función de dónde residan. Es lo que han hecho los investigadores del IVIE. Dos conclusiones llaman la atención. La primera, los habitantes del País Vasco tienen el doble de probabilidades de mejorar sus ingresos frente a quienes residen en Extremadura. Y, la segunda, las comunidades autónomas con mejor prosperidad relativa se concentran en el área madrileña, navarra y catalana.

Centrándonos en el tema, se puede afirmar que las oportunidades de renta o de prosperidad relativa es un indicador que mide la probabilidad que tienen los residentes de un territorio de obtener mejores niveles de renta que los individuos de otros territorios o grupos sociales. Este indicador, así definido por los integrantes del estudio del IVIE, pretende mejorar la calidad del índice utilizado mayoritariamente para medir las desigualdades, que es el PIB per capita. Por lo tanto, el indicador de oportunidades de rentas nos indica y nos permite distinguir a los individuos por sus niveles de ingresos y características personales. De esta manera, da pie a clasificar a las autonomías según el peso de la población con mayor renta, proporcionando una información añadida del bienestar, en la medida que se indica cómo los beneficios del crecimiento económico llegan o no a los diferentes segmentos de la población. O sea, se fija en una distribución completa, no basándose exclusivamente en la renta media; y, en especial, en el tamaño de los grupos con mejores niveles de renta.

Diferencias

Los resultados de la investigación aportan datos de elevada calidad y trascendencia económica, política y social. En primer lugar, se aprecia una gran diferencia en lo que tocante a las oportunidades de renta: el País Vasco supera en 50 puntos a Extremadura, significando que los habitantes extremeños tienen la mitad de oportunidades de renta que los vascos. Galicia se sitúa a 30 puntos de los vascos; o sea, abriendo una enorme brecha entre las dos comunidades. En segundo lugar, las oportunidades de renta son, asimismo, desiguales tanto en lo referente a la edad como al género. En lo tocante a la primera, Galicia está a 31 puntos de quien encabeza el ránking (País Vasco) y en lo que atañe al género, a 32 puntos de diferencia. Significa que los menores de edad tienen peores oportunidades de renta en relación con las personas de entre 18 y 65 años; y, sobre todo, con los mayores de 65 años. En tanto que los hombres son los que presentan mejores resultados, persistiendo las diferencias entre hombres y mujeres en todas las comunidades.

Un segundo enfoque se lleva a cabo a través de los índices de desigualdad. Se miden a través de dos métodos. El primero, por medio del índice de Gini, indicador tradicional que toma valores entre 0 y 100, siendo los más próximos a cero los que expresan igualdad perfecta (todos tienen la misma renta) y los valores próximos a 100 cuando hay mayor desigualdad. Y, el segundo, por la ratio P80/P20; esto es, la relación entre la renta del 20 % más rico de la sociedad respecto del 20 % más pobre de la misma. En España dicha ratio, entre 2015-2021, se ha reducido en 0,3 puntos; y la diferencia se estima ahora en 2,6 puntos. En Galicia, solo se redujo en 0,2 puntos y se sitúa en 2,5 puntos. Revela una mejora pequeña, pero menor que la media nacional; manteniéndose alejada de las autonomías más equitativas y con mayor índice de cohesión social.

Ateniéndonos a Galicia, en un análisis por ciudades, se observa sus tradicionales y consustanciales contrastes geográficos. Oleiros encabeza el concello con mayores oportunidades de renta, seguido de Santiago, A Coruña y Vigo; en tanto que los municipios de Arteixo, Carballo y Vilagarcía ocupan los últimos lugares del top 14, resaltando el hecho que los dos últimos están por debajo de un 60 % de las oportunidades de Oleiros; esto es, un diferencial muy notable. Sin embargo, si el análisis se efectúa en términos de desigualdad, Oleiros es el más desigual, seguido de A Coruña, Pontevedra y Lugo; siendo los concellos en donde hay más cohesión social y, por tanto, más igualdad, los de Carballo, Narón, Arteixo y Culleredo. Por el medio existe un grupo de ciudades con índices más equilibrados entre las oportunidades de renta y la cohesión, como son los casos de Vigo o de Ames, por ejemplo, que ni encabezan el ránking por oportunidades ni tampoco corroboran grandes desigualdades internas.

En estos últimos años la pobreza ha disminuido en todos los municipios, excepto en Ourense, donde se ha mantenido; y en Ferrol, donde se produce un crecimiento de la misma. Destacan las mejoras llevadas a cabo en los últimos seis años en Carballo y Vilagarcía; y, en todos los casos, la incidencia de la pobreza es mayor en las mujeres, superando con mucho a la de los hombres.

En suma, varias conclusiones. La primera, los municipios grandes son más prósperos, pero también con mayores niveles de desigualdad. La segunda, la situación de mayor bienestar se genera en los municipios intermedios. La tercera, los municipios con universidades aparecen como motores del bienestar contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Finalmente, en las áreas de influencia de los municipios grandes se concentran altas oportunidades de renta.

Estas revelaciones son oportunas de cara a la formulación de los presupuestos autonómicos y los planes de ordenación económico. Sin un conocimiento cabal de nuestra realidad será difícil encajar las piezas e instrumentos necesarios para encabezar un programa viable y plausible. Las diferencias intermunicipales son muy notables y corregirlas lleva un tiempo. Lo importante es poner en marcha planes de mejora de las oportunidades a un horizonte cifrado con indicadores de seguimiento que permitan rendir cuentas y evaluar lo llevado a cabo.