Dejando a un lado las normas del ?buen diseño? que imperaban en Europa, Harley Earl contribuyó a crear un diseño de automóviles típicamente estadounidense, que ponía el glamur y el lujo al alcance de todos, convirtiéndolos en objetos de consumo.
14 may 2017 . Actualizado a las 05:40 h.En 1928 el fabricante americano General Motors, responsable de Cadillac, Chevrolet, Buick, Oldsmobile y Pontiac, creaba un departamento bautizado como Art and Colour Section, que se dedicaría en exclusiva al diseño de carrocerías, pasando en 1937 a denominarse Style Section. Era la primera ocasión en que un fabricante incorporaba un departamento para este fin, y la iniciativa se debía a la convicción de su presidente, Alfred P. Sloan, de la necesidad de renovar periódicamente la fisonomía de los automóviles para alentar a los compradores, una vez que la industria del motor se había estabilizado en sus avances técnicos. El ‘Styling’ se convertía, a diferencia del ‘Diseño’ tal como se concebía en Europa, en herramienta de la caducidad programada que caracterizaría a la industria del motor estadounidense.
Aquel nuevo departamento estaría dirigido desde su implantación por Harley Earl, un diseñador que en 1926 había sido llevado a Detroit por el entonces presidente de Cadillac, Larry Fisher, consiguiendo un importante éxito con su diseño para el Cadillac LaSalle de 1927. Earl había nacido en Hollywood en 1893, el mismo año del nacimiento de otros dos pioneros del diseño estadounidense, Raymond Loewy y Norman Bel Geddes, y comenzó estudios en la Universidad de Stanford, que abandonaría para trabajar en la empresa familiar de carrocerías en la que se diseñaban y construían modelos personalizados para las estrellas que el mundo del cine comenzaba a generar.
De aquellos comienzos en Hollywood Earl adoptaría tanto la utilización de modelos de arcilla para sus diseños, tal como se utilizaban habitualmente en los decorados cinematográficos, como el sentido del espectáculo necesario para intentar convertir en realidad las fantasías del público en forma de automóviles, del que es buen ejemplo el Buick Y Job de 1938, considerado el primer concept car de la industria del motor. Su admiración por la industria aeronáutica será el otro componente fundamental de su trabajo, que le llevará a incorporar elementos tomados de este sector, aun cuando en realidad carezcan de función aerodinámica, o incluso a diseñar modelos experimentales como los Firebird I, II y III entre 1954 y 1959, o el Cadillac Cyclone de 1959, verdaderos jets sobre ruedas.
El espectáculo será también el carácter fundamental de Motorama, una exposición ideada por Earl en la que entre orquestas, cantantes y bailarines se presentan los modelos y prototipos de General Motors, y que desde 1949 hasta 1961 se celebraría anualmente en las ciudades más importantes de Estados Unidos. Será en el Motorama de enero de 1953, en el Waldorf Astoria de Nueva York, donde aparezca por primera vez el prototipo de un modelo en el que Earl venía trabajando desde 1951, el Chevrolet Corvette, un deportivo de dos plazas que pretendía competir con los modelos europeos que dominaban este segmento.
Pocos meses después, el 30 de junio de 1953, salía de la factoría de Flint en Michigan el primer deportivo construido en América tras la Segunda Guerra Mundial. Con motor delantero de seis cilindros en línea, tracción trasera, carrocería de fibra de vidrio -que se utilizaba por primera vez en un modelo de producción masiva-, se fabricarían el primer año 300 unidades del Corvette, todas ellas en color Polo White con tapicería en color Sportmans Red. A pesar de una favorable acogida, las escasas ventas hacían peligrar la continuidad del modelo cuando Ford presentó en 1955 el Thunderbird, su deportivo de dos plazas, obligando a General Motors a mantener y mejorar el Corvette. Con la ayuda del extraordinario piloto e ingeniero Zora Arkus-Duntov, y motores de mayor potencia, pronto comenzaría a establecer récords en circuitos, hasta convertirse en icono de los automóviles deportivos, manteniéndose hasta hoy en producción.
Aquellos años 50 que vieron el nacimiento del Corvette serían la era dorada del diseño del automóvil en EE.UU., personificado por Earl con modelos como el Cadillac Eldorado (1953-1959), el Buick Skylark (1953), el Chevrolet Bel Air (1955) o el Cadillac Fleetwood (1959). Tras haber sido durante más de 30 años responsable de los modelos de General Motors -y desde 1940 vicepresidente de la corporación-, Earl se retiró en 1959 para dedicarse al estudio de diseño que había fundado años antes. Falleció de un derrame en su casa de Palm Beach una década más tarde, en 1969.