
Seat apuesta por el gas natural comprimido como sistema de hibridación para sus coches de gasolina y ya lo incorpora en el Mii, Ibiza, León y ahora en el Arona, reduciendo a solo 9 litros el depósito de gasolina y aumentando la capacidad para el de gas.
23 abr 2019 . Actualizado a las 19:43 h.El Arona se convierte en el primer SUV del mundo en utilizar el GNC como combustible y además lo hace reduciendo un 25 % sus emisiones de CO2 respecto a las versiones de gasolina y un 75 % de NOx respecto a un diésel. Además, el coste de rodar en un Arona TGI cien kilómetros es de solo 2,97 euros.
El Arona cuenta como gran novedad con una reconfiguración de sus depósitos de combustible. Si hasta ahora los TGI de Seat disponían de un depósito de gasolina de alta capacidad y dos depósitos para el gas natural comprimido, ahora la capacidad del depósito de gasolina se ha reducido a solo 9 litros, ya que solo se emplea para poner en marcha el motor del coche antes de que entre en acción el gas, pero a cambio recibe un tercer depósito de gas con el que puede alcanzar una autonomía que supera los 400 kilómetros. De todas formas reduce su autonomía total respecto al Ibiza TGI, que se vendía hasta ahora con depósito de gasolina más grande, y además lo hace menos utilizable en comunidades como Galicia donde solo existe un surtidor de gas natural comprimido en Ourense.
Y es que el gas natural puede ser una gran alternativa híbrida para el automóvil, pero se ve lastrado, al igual que la hibridación eléctrica o los eléctricos puros, por la falta de puntos de recarga.
El Seat Arona TGI recibe la etiqueta ECO, con la que puede circular por las áreas restringidas de Madrid y Barcelona durante los períodos de contaminación.
Además estos coches se fabrican en la misma línea de producción de la fábrica de Martorell que sus homólogos de gasolina o diésel, con lo que la seguridad es una premisa fundamental en su instalación de gas. Este se almacena a alta presión (200 bares) y dispone de válvulas de seguridad que se abren en caso de sobreexposición a la temperatura o deformación del depósito, liberando el gas en la atmósfera sin provocar ninguna detonación.
Al volante de un Arona TGI
Hemos probado el Arona TGI y la verdad es que resulta difícil diferenciarlo en sensaciones del Arona de gasolina del que deriva. El motor es el 1.0 de tres cilindros, 12 válvulas con 90 caballos y cambio manual de seis velocidades. Por cierto que ya se puede elegir el TGI con acabados altos como el Xcellence y FR. La verdad es que el coche se pone en marcha con gasolina e inmediatamente pasa a modo gas, que se anuncia con un breve pitido y un piloto verde en el tablero que nos lo indica. A partir de ese momento nada cambia en cuanto a sensaciones Ni ruido, ni olor, ni falta de potencia. El Arona TGI puede alcanzar los 174 km/h de velocidad máxima y pasar de 0 a 100 km/h en 13,2 segundos. No se trata de un coche prestacional, pero es cómodo y agradable de conducir, especialmente en carreteras viradas o en la propia ciudad. Lo mejor es que podremos hacer cien kilómetros por menos de tres euros y sus precios de compra no difieren mucho de las versiones de gasolina, ya que parten de los 20.160 euros, para el acabado Reference, pero con las campañas y ayudas que existen actualmente para este tipo de coches se pueden quedar en 15.140 euros.