Volvo Amazon, el duro del norte

Por Óscar Ayerra

MOTOR ON

Oscar Ayerra

Fuerte, honesto y seguro. Tres adjetivos que definieron la esencia del Volvo Amazon nacido en 1957, con el que la marca sueca convenció al mundo de que la fiabilidad y la robustez pueden tener un aire discreto. Además, añadió un plus en seguridad, algo insólito hasta ese momento, lo que ayudó a forjar un prestigio que acompañaría a la marca durante varias décadas.

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Condúcelo como si lo odiaras», así rezaba una publicidad con la que la propia marca estimulaba la venta a sus potenciales clientes. Suponía un posicionamiento en el mercado internacional como el «duro de la carretera». Los argumentos eran claros y concisos: además de un compacto a precio asequible, este sedán era capaz de soportar los inviernos suecos con 30 grados bajo cero o sobrevivir en sus carreteras, que más del 80 % estaban sin pavimentar en aquel momento. Desde luego, unas premisas que bien podrían parecer una exageración publicitaria; sin embargo, el producto cumplía lo que prometía. La robustez y calidad con la que nació este Volvo sorprendió y convenció al más escéptico. Un producto bien hecho que, según la propia marca, estaba construido para ser más duradero y más seguro que los demás.

Todo comenzaba en 1952 con la creación de los primeros bocetos del que sería el sustituto del Volvo P-444, un tipo de automóvil básico y muy fiable nacido en 1944 y que significó el inicio de una nueva era para la marca.

Después de varios prototipos que no acababan de encajar en la directiva de la empresa, se aceptó, finalmente, la visión de uno de sus diseñadores, Jan Wilsgaard, que aunaba en su concepción varias evoluciones de otros prototipos anteriores. Nacía así el nuevo auto con la denominación P-1200, que más tarde se cambiaría por P-120.

En 1956, el nuevo modelo estaba terminado. Bautizado con el nombre Amazon, estaba listo para su puesta en escena. Sin embargo, tuvieron que eliminar esta denominación debido a las quejas de un fabricante de motocicletas alemán, Kreidler, porque la ostentaba uno de sus modelos. El acuerdo final obligaba a Volvo a nominar a este modelo como Serie 120, dejando la citada palabra para el mercado nórdico. Sin embargo, hoy en día se le denomina Amazon, aunque nunca hubiese llevado dicho emblema en su carrocería.

El nuevo vehículo resultaba cómodo, sorprendentemente ágil y sobre todo seguro. Volvo se propuso superar a la competencia con un producto redondo, lleno de calidad e innovación no solo en tecnología. Pensar en la seguridad de sus ocupantes suponía un nuevo punto de vista inusual hasta entonces. Esta contribución vería su punto álgido en la incorporación, por primera vez a nivel mundial, de los cinturones de seguridad delanteros de tres puntos. Hasta ese momento solo algunas marcas, como Mercedes, o la española Pegaso, ofrecían el cinturón de dos puntos, pero suponían modelos de muy alta gama y por tanto casi inaccesibles para la gran mayoría.

SEGURIDAD VOLVO

Las primeras entregas se realizaron a partir de marzo de 1957. A lo largo de sus 13 años de producción, las sucesivas mejoras resultaron una constante; cada año, el equipo de ingenieros añadía mejoras y evoluciones en aspectos como calidad y mecánica, pero sobre todo en seguridad.

Desde los primeros momentos, además de contar con propulsores fiables y contrastados, heredados del P-444, pero desarrollados para adaptarse al nuevo modelo, contaba con soluciones tecnológicas en diferentes apartados, entre ellos el de protección en un accidente. Por ejemplo, a partir de 1959, los cinturones de seguridad antes mencionados se ofrecían como equipo estándar, además de un salpicadero acolchado. A partir de 1967 se ofrece la columna de dirección deformable, que evitaba su incursión en el habitáculo en caso de accidente. En los últimos años de producción, los asientos delanteros contaban con reposacabezas ajustables, además de llevar también a los pasajeros traseros los cinturones de seguridad. Incluso el diseño de los asientos se realizaba con la ayuda de médicos especializados en anatomía.

El modelo protagonista de estas páginas, el 122 s, nacía en 1962. Además de la carrocería de cuatro puertas, Volvo ofrecía variantes de dos y una denominada station wagon, de tipo familiar, que contaba con una mayor capacidad de carga. Incluso existió una versión descapotada, realizada por un carrocero externo a la fábrica pero con una producción residual.

PRESENCIA INTERNACIONAL

El Volvo Amazon se consolidó en el mercado inglés, en los Países Bajos y en Bélgica. Contó también con una fábrica en Canadá y varias plantas de ensamblaje en países como Chile, Perú e incluso en Sudáfrica, donde se vendieron versiones de cuatro puertas y station wagon. En Norteamérica también obtuvo un gran éxito, sobre todo en su variante familiar. En España, sin embargo, apenas superó un millar de unidades vendidas, teniendo en el territorio insular el destino de casi el 80 % de estas unidades.

El 3 de julio de 1970 la producción cesó cuando ya se habían construido un total de 667.323 unidades, de las que casi el 60 % fueron exportadas.

REFERENCIA MUSEÍSTICA

El Volvo Amazon, en sus diferentes versiones, representa un hito dentro del universo histórico de la automoción por su contribución en materia de seguridad pasiva. Una singularidad que la Fundación Jorge Jove ya tuvo en cuenta hace más de 20 años, cuando adquirió esta unidad. Con matrícula de Barcelona, este ejemplar es una de las poco más de 250 unidades que se vendieron en la Península. Conservada en un estado óptimo y por supuesto original, tendrá un lugar específico dentro del MAHI, Museo de la Automoción e Historia, el futuro punto de referencia museística nacional, donde la experiencia didáctica permitirá conocer hitos del pasado de una forma única y novedosa.

Avanzados en seguridad

A mediados del siglo XX, los constructores de automóviles habían llegado a unos estándares en calidad, potencia, diseño o mecánica lo suficientemente altos como para ofrecer productos fiables. Sin embargo, su gran asignatura pendiente apuntaba a la seguridad de sus ocupantes. En muchos casos, los daños ocasionados a los pasajeros, incluso a baja velocidad, podían resultar fatales simplemente por detalles como las aristas puntiagudas del salpicadero, la rotura de los cristales o la carencia del reposacabezas. En un momento donde se creía que salir despedido de un vehículo tras un accidente era una buena forma de salvar la vida, daba cuenta de la ausencia absoluta de interés que muchos constructores prestaban a la seguridad pasiva.

A mediados del siglo XX, solo algunos fabricantes se dieron cuenta de la importancia de cuidar a los ocupantes. Mercedes con su habitáculo indeformable, Pegaso con su arco de seguridad o Volvo con su cinturón de tres puntos fueron pioneros en preocuparse por este apartado. Una inquietud que se tornó esencial diez años después. Ya en 1965, un periodista americano ponía en entredicho la seguridad de un vehículo y demostraba que era inseguro a cualquier velocidad.

En 1967 fueron apareciendo diferentes normativas en materia de seguridad que obligaron a los fabricantes a incorporar a sus vehículos una larga lista de parámetros en este apartado, aspectos en los que ya había pensado Volvo diez años antes con su modelo Amazon.