Harris Mann y el Triumph TR7: diseñar en tiempos revueltos

Por Ignacio Ferreiro

MOTOR ON

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El pasado 14 de agosto fallecía a los 85 años Harris Mann, un magnífico diseñador londinense que vio muy mediatizado su trabajo por la compleja situación que la industria del automóvil británica atravesó a partir de finales de la década de los sesenta

22 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1976, Triumph se lanzaba al mundo de los ralis con su recién estrenado TR7, el deportivo que aquel mismo año se presentaba en el mercado británico, tras haberlo hecho un año antes en el estadounidense. Durante cinco temporadas, las tres últimas con la versión V8, fue uno de los animadores de la época casi hegemónica del Stratos, llegando a cosechar sus mejores resultados con el piloto británico Tony Pond: victorias en el Rallye de Spa en 1977, en el de Ypres en 1978 y 1980, y en el de la isla de Man en aquellos mismos años.

Salvando las distancias con un modelo desarrollado para la competición como el Stratos, el TR7 presentaba una línea agresiva en la que, como en aquel, se aplicaba el wedge design, el diseño en cuña que se imponía a lo largo de aquella década. Si en el caso del Stratos el mérito se debía al magistral Marcelo Gandini, en el del TR7 su responsable era un diseñador mucho menos conocido, pero que desempeñó un importante papel en la industria británica del automóvil del momento: Harris Mann.

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Nacido en Londres en 1938, y tras cursar estudios en el Ebury Technical College de Westminster, su carrera profesional comenzaba en la empresa de autocares Duple, donde se formó como ingeniero de carrocerías hasta finales de los cincuenta, cuando se desplazó durante seis meses a Nueva York para trabajar en el estudio de Raymond Loewy. A su regreso al Reino Unido, y tras cumplir su National Service, se incorporó al fabricante de vehículos comerciales Commer, hasta que en 1962 ingresó como diseñador en el estudio de Ford en su factoría de Dagenham, al este de Londres.

Durante cinco años trabajó bajo la dirección de John Fallis y Roy Haynes, participando en el desarrollo del Cortina Mk2, Escort y Capri, pero cuando Haynes se trasladó a British Motor Corporation en 1967, varios miembros del estudio lo acompañaron, entre ellos Mann, para establecer un departamento de diseño en Cowley, Oxford, en el que preparar una nueva generación de modelos para Austin-Morris.

Tras haber participado en el desarrollo del Mini Clubman y el Morris Marina, y ser responsable del llamativo concept car Austin Zanda, presentado en el British International Motor Show de 1969, y en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1970, la transformación de BMC en British Leyland y el traslado del estudio a Longbridge, en Birmingham, supuso la marcha de Haynes, y la designación en 1970 de Mann como director de diseño del grupo, cargo que mantuvo hasta 1983, y desde el que fue testigo de la quiebra, la nacionalización parcial, la reestructuración, y las huelgas, que durante aquel período sacudieron a la industria británica del automóvil.

El Austin Allegro de 1973 fue el primer modelo bajo su responsabilidad, aunque el resultado final se distanció considerablemente de su diseño, al utilizarse componentes mecánicos de modelos anteriores que condicionaban su configuración, y se vio además penalizado por una mala calidad de fabricación y una escasa fiabilidad, a pesar de lo cual se mantuvo en producción hasta 1982. En 1975 se presentó el siguiente modelo desarrollado por Mann, el Princess; una audaz berlina familiar en la que sí se apreciaban ya los postulados del diseño en cuña, pero que adolecía de la falta de una quinta puerta, adoptada por los modelos de la competencia, a pesar de estar prevista en el diseño original de Mann, que había concebido el modelo con configuración de hatchback, y que se recuperó en su sucesor de 1981, el Austin Ambassador.

Pero de su paso por British Leyland su trabajo más recordado fue el Triumph TR7 de 1975, que con una línea radical sorprendía a los compradores tradicionales de los modelos deportivos de la marca, pero que finalmente se convirtió en el más vendido de la saga TR. La versión convertible, presentada en 1979 para el mercado estadounidense, y la variante equipada con el motor V8 de 3.5 litros de Rover, sustituyendo la motorización inicial de 4 cilindros y 2.0 litros, designada como TR8, completaron una gama que se fabricó hasta 1981, a pesar del lastre que volvieron a suponer los problemas de fiabilidad, que intentaban paliarse trasladando la producción de una a otra de las plantas del grupo.

Tras haber participado también en el desarrollo del Morris Ital (1980), o del Austin Metro (1980) y Maestro (1982), en los que intervinieron David Bache y Ian Beech, a partir de 1983 Mann se estableció como consultor independiente. Trabajó para BMW Motorrad con Hans Muth; con distintos fabricantes de trenes, autobuses y camiones, como ERF, y desde principios del 2000 colaboró con Peter Stevens en el diseño de la Serie Z de MG Rover, además de impartir clases en la Universidad de Coventry.

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HARRIS MANN

TRIUMPH TR7

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