Kawaaki Z e-1 / Ninja e-1: dos ruedas eléctricas

Por Javier Armesto

MOTOR ON

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La Kawasaki Z e-1 / Ninja e-1 oculta en su falso depósito dos baterías gemelas extraíbles que le proporcionan una autonomía de 72 kilómetros, sin emisiones ni ruidos. Es el inicio de una nueva era en las motos.

11 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

E ntre los grandes fabricantes de motocicletas, Kawasaki es uno de los más adelantados en la nueva era de la electrificación. Además de dos modelos híbridos (la Z 7 Hybrid y la Ninja 7 Hybrid) cuenta en su catálogo con dos cien por cien eléctricos, la Z e-1 y su hermana gemela Ninja e-1, motos eminentemente urbanas y que, revestidas de una piel de deportiva, suponen la apuesta de entrada en la movilidad sin emisiones.

Vista por fuera, la Z e-1 llama la atención por su combinación de colores plateado, verde brillante y verde mate, todos metalizados. Su asiento deportivo partido, su chasis tubular, el basculante, la transmisión por cadena, los carenados laterales o los discos de freno (uno en cada eje)... todo remite a una motocicleta moderna y como las de toda la vida, pero cuando nos fijamos en el motor hay algo que no encaja: no hay cilindros, ni maneta de embrague, caja de cambios, o escape. Cuando la ponemos en marcha —sí tiene un bombín para meter la llave y girarla— no se escucha absolutamente nada, hasta el punto de que hay que mirar en la pantalla TFT de 4,3 pulgadas para asegurarnos de que estamos en disposición de iniciar la marcha.

La primera vez que giramos el puño impresiona un poco la aceleración inmediata, típica de todos los vehículos eléctricos. Después, la limitada potencia de 5 kW (equivalente a 6,8 CV) hace que no tengamos problemas a la hora de manejarla; es una moto perfecta para principiantes y su hábitat natural es la ciudad y los alrededores, siempre que no nos alejemos demasiado: la autonomía máxima son 72 kilómetros.

Hay dos modos de conducción: Road, en el que la velocidad máxima es de 79 km/h, y Eco, que la limita a 56 km/h. Adicionalmente, la función e-Boost permite conseguir potencia adicional (9 kW/ 12 CV) durante aproximadamente 15 segundos; al activarlo se obtienen una mayor aceleración y es posible alcanzar los 99 km/h en llano.

MARCHA ATRÁS

Un detalle práctico es el modo Walk, que ayuda al piloto a realizar las maniobras para aparcar. Cuando está activado y se abre gas, la moto se mueve hacia delante muy lentamente; si se gira el puño derecho más allá de la posición de «cero aceleración», la moto se mueve marcha atrás

Con tan solo 135 kilos de peso, la ligereza de la Z e-1 favorece su manejo. Según explican desde Kawasaki, «el chasis, que presenta un equilibrio de rigidez excelente, y los ajustes optimizados de los componentes de la suspensión» hacen que pilotarla sea predecible. La posición es cómoda, las piernas abrazan el falso depósito y no hay vibraciones.

Al abrir la tapa del compartimento superior se accede a un espacio de almacenamiento de 5 litros donde podemos guardar elementos pequeños como los guantes o equipación para la lluvia (máximo 3 kilos). Justo debajo se ubican las dos baterías gemelas de ion-litio, que pesan cada una 11,5 kilos. Pueden ser extraídas para cargarlas en cualquier toma de corriente doméstica, o dejarlas en su sitio y alimentarlas mediante un módulo específico opcional situado en el colín, bajo el asiento del copiloto. El tiempo de carga de cada batería es de aproximadamente 3,7 horas para recuperar la autonomía completa, o de 1,6 horas para una carga parcial. El precio de la Kawasaki Z e-1 es de 8.450 euros y su hermana carenada, la Ninja e-1, cuesta 600 euros más (lleva cúpula y semimanillares y ofrece unas cifras de velocidad máxima ligeramente superiores). Ambas se pueden conducir con los carnés A1, A2 y B.

La autonomía máxima es de 72 kilómetros y con el modo e-Boost podemos alcanzar una velocidad de 99 km/h en llano