Fallece Antía Cal, renovadora de la pedagogía en Galicia

La Voz VIGO

OBITUARIOS

Tenía 99 años y da nombre a una calle y varios centros educativos de Vigo. Fue una pionera en la enseñanza del inglés y del gallego

31 mar 2022 . Actualizado a las 00:41 h.

Ha fallecido la pedagoga Antía Cal a los 99 años de edad, una mujer que dejó una importante impronta en la ciudad de Vigo a través de su trabajo en el colegio Rosalía de Castro donde aplicó métodos modernos de trabajo.

Aunque había nacido en La Habana, su familia, originaria de Muras, se estableció en Vigo en 1947. Dos años antes, se licenció en Filosofía y Letras, no sin dificultades, tal como recordaba en La Voz hace unos años. «No lo entendían. Nadie lo entendía. La universidad era cosa de hombres», afirmaba entonces. Reconocía que de hecho, «la carrera reservada para las mujeres era el matrimonio». Al final, se salió con la suya, pero tardó. En el ínterin estudió Magisterio y Teneduría de Libros. «Las que nos empeñamos en seguir adelante sabíamos que eramos un poco intrusas, pero no íbamos más allá, no éramos feministas militantes», apuntaba.

Poco después se casó con el oftalmólogo Antón Beiras García, tío del dirigente nacionalista gallego Xosé Manuel Beiras, con quien tuvo cuatro hijos. Fue durante un viaje por Europa cuando tomó contacto con los nuevos métodos pedagógicos que más tarde implementaría en Vigo. El puro azar hizo que se cruzara un día en Ginebra con un pedagogo con una concepción bien avanzada de la educación. «Mi hijo mayor apenas tenía cinco años y, sin embargo, según su teoría, ya le había pasado el sol por la puerta. Ahora que los niños van al colegio con 3 años nos parece normal, pero entonces resultaba incomprensible», afirmaba en La Voz. El interés de Antía Cal por la educación precoz era tal, que el pedagogo en cuestión terminó por facilitarle un contacto en la Unesco.

En 1961, en un garaje de la calle Pizarro, Antía Cal abría el primer colegio para alumnos a partir de tres años, el Colegio Rosalía de Castro. Aquel curso se matricularon 60, «todos hijos de padres arriesgados», decía. El tiempo ha confirmado que sus tesis eran acertadas. Aquel centro, primero en Galicia en ofrecer una educación laica, era bilingüe castellano-inglés. Esta línea educativa se fue enriqueciendo y avanzando a través de sus contactos con la nueva pedagogía que se estaba desarrollando en Cataluña a finales de los años sesenta. Fue entonces, cuando introdujo en su centro educativo el idioma gallego. Antía Cal recibió los premios Pedrón de Ouro, Ernestina Otero y fue nombrada Viguesa Distinguida. Varios colegios y una calle en Lavadores llevan su nombre.

Hace cinco años, dejaba esta reflexión dirigida a la sociedad pero también a los maestros y maestras: «Hai que terlle moito respecto ás mestras, pero tamén teñen que prepararse. Eu fun once anos a Barcelona».