La presencia de Sanz casi de media punta, sin solaparse con Señé y dejando a Manzanara de dique de contención, abre un nuevo horizonte
24 nov 2024 . Actualizado a las 13:48 h.Se dice que el fin justifica los medios. Y la meta del Racing Club Ferrol, atascado en la cola de la tabla, no es otra que la de encontrar un fútbol que le vaya bien. Para generar unas ocasiones que escasean, para disparar más entre los tres palos, marcar más y ya de paso entretener a una parroquia que no lo está pasando bien este curso.
Sumar de tres para sobrevivir. Algo que no logro el equipo ante el Levante, tras el penalti atajado a Álvaro Giménez. Hay quien en tiempos de necesidad aboga por la simplificación del juego como método de supervivencia. El viernes el Racing lo hizo jugando más directo, más al grano de lo que viene siendo habitual. Algo que contrasta con la idea de juego de un Cristóbal al que le gusta el fútbol cocinado a base de visión y toque, no del tiquitaca por el tiquitaca, de ese con criterio.
Un juego al que se brindó, por fases y momentos, un medio campo inédito en el once de gala hasta la fecha y que, casualidad o no, estuvo sobre el verde en alguna fase de partido en las dos únicas victorias que por el momento se ha podido apuntar el Racing.
Pintado en la hoja oficial de partido como el 4-3-3 que el míster probó cuando todavía era verano, ahora con el invierno encima ocuparon la medular Manzanara, Josep Señé y Álvaro Sanz. Este último ligeramente adelantado en lo que, a efectos prácticos, es un claro 4-2-3-1. No se ganó ante el Levante, pero el Racing sí ganó un nuevo mediapunta en nómina.
Y es que Sanz, formado en La Masía, aportó un juego de lectura entre líneas que desterró las entregas predecibles al pie a las que este equipo tiene acostumbrada a su hinchada.
El de Caspe, ligeramente adelantado, demostró que su presencia en el verde no es incompatible con la de un retornado Josep Señé. Ya habían compartido espacio ambos mediocentros pero, en esta ocasión, la disposición de las piezas sobre el tapete fue clarividente evitando solapamiento y un exceso de jugadores en la misma línea, abogando por la amplitud y desechando la planicie y la horizontalidad en la propuesta.
Concordancia
Completó la apuesta un Fran Manzanara que, arropado por Josep Señé para distribuir el juego y repartir responsabilidades, se despojó de la mochila del tener que hacer tareas que, por su propio perfil, no le competen y se dedicó a privar de cualquier atisbo de superioridad ofensiva al Levante. Dique de contención y una pieza más para el balón parado, que se saldó con dos disparos del de La Solana. Uno en el 33, de un testarazo que se marchó desviado y el de la polémica presunta mano de Elgezabal ya en el 55 tras un saque de esquina.
Una sensación, la de que en el medio campo puede estar —valga la redundancia —el medio para fabricar fútbol que está avalada por los datos. Los tres mediocampistas superaron el 70 % de pases precisos, un porcentaje que en el caso de Señé escala al 90 %. Todos ellos se anotaron alguna entrega clave mientras estuvieron en el campo y en el capítulo de pérdidas solo las 16 de Álvaro Sanz empañan un poco la estadística. Quizás toque aquí interpretar que, a mayor peso y ofrecimiento, mayor riesgo de incurrir en pérdidas.
No se le escapa la concordancia entre cifras y sensaciones a un Cristóbal Parralo satisfecho con el rearme en la medular: «Teniendo a los tres mediocampistas te facilita el tener un poquito el balón. Sobre todo si tienes a gente como Josep (Señé) o Álvaro Sanz, que saben distribuir bien y lo han hecho y por eso, en ciertas fases, hemos podido dominar», apreciaba un Cristóbal que, en una semana vital, podría haber encontrado en el medio la vía para fabricar un fútbol para levantar cabeza.
así lo ven los protagonistas
Manzanara: «Insistimos en ver el vaso medio lleno»
Visiblemente tocado se marchó el viernes un aplicado Manzanara, que como alumno que catea después de estudiar mil horas para un examen, indicaba que: «Hemos trabajado mucho para frenar al Levante y, más o menos hemos sabido contrarrestarlo. Te ves en la zona de abajo y es complicado», destacaba.
«La cabeza lo sabe. Es más complicado... Insistimos en ver el vaso medio lleno, que es la portería a cero y que sumamos un punto y estamos más cerca del objetivo», indicaba sin esconder que, tras tantos reveses, la confianza escasea en el seno del vestuario de A Malata.
No obstante, el de La Solana defiende que «cuando lo intentas y tienes esas ganas de hacerlo bien, poco se puede reprochar». En ese sentido felicitó la constancia de un debutante David Carballo: «Le quiero dar la enhorabuena y si está con nosotros es porque se lo ha ganado y sé que va a tener más minutos», concluía.
Josep Señé: «Estamos cayendo como moscas con el tema lesiones»
Su regreso a la medular es clave. La idea pasa por un Josep Señé, que no esconde que las cosas están saliendo torcidas. «Falta esa pizca de suerte o no sé lo que es, que no está cayendo de cara», valoraba.
«Eso es bueno. Nos estamos adaptando, aunque han pasado ya unas cuantas jornadas. Es importante que el medio campo funcione para el mejor funcionamiento del equipo», indicaba el catalán, que destacaba la comodidad con sus compañeros de faena: «Con Fran, que nos conocemos del año pasado, bien. Con Álvaro más adelantado, bien también», indica el mediocampista, que es uno de los que ya padeció la gran epidemia verde en forma de problemas musculares.
«Hemos ido cayendo como moscas desde hace un mes y medio y parece que cuando uno recupera caen uno o dos más. Intentaremos recuperar los máximos efectivos para poder estar todos los del grupo y poder aportar al equipo», zanjaba.