ANTONIO FUENTES
25 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Perú ha perdido una de las más queridas representantes de su folclore andino. María Alvarado Trujillo, Pastorita Huaracina, murió el viernes, a los 71 años, según informó ayer el congresista y folclorista peruano Isaac Sarmiento. María Alvarado falleció a causa de un cáncer terminal por el que llevaba varias semanas ingresada en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas de Lima. Pastorita Huaracina, hija de campesinos del departamento andino de Ancash, uno de los centros desde donde se difundió la música de quenas y flautas de pan a todo el mundo, fue condecorada en 1991 por el Congreso como reconocimiento a su labor divulgadora del folclore peruano y a su talento artístico. Pastorita fue una de las intérpretes clásicas del género que en su país se conoce como huayno. Los grupos populares de la región de Ancash y de otras provincias del centro del país fueron los primeros que alcanzaron eco internacional interpretando lo que en el resto del mundo se conoce como folclore andino. A partir de los años 50, la demanda de músicas folclóricas por parte de las emisoras de radio en expansión mundial dieron lugar a la creación de las primeras estrellas de la música andina -la que mejor conserva las raíces precolombinas-, entre ellas Pastorita y el Jilguero del Huascarán. Bien conocida en América Latina desde los años 60, alcanzó también fama en el mundo anglosajón a partir de mediados de los noventa, cuando el músico y productor David Byrne cantó con ella en uno de sus discos recopilatorios de la música popular peruana. Los restos mortales de la cantante de «la voz de manantial fresco y tierno», como era conocida entre los peruanos, serán velados en una antigua iglesia colonial del Centro Histórico de Lima hasta hoy, cuando serán incinerados. Sus cenizas, tal como fue su último deseo, serán esparcidas en las aguas del río Santa de Ancash.