Para enviar preguntas: COMO les he dicho en ¿Qué es el uranio enriquecido? (13-11), el uranio natural se separa en dos fracciones: una con mayor contenido en U-235 (uranio enriquecido) y otra con menos U-235 (uranio empobrecido). Es decir, el uranio empobrecido es el que contiene menor cantidad de uranio-235 (fisionable) que el uranio natural. Al contrario que el enriquecido, el empobrecido no sirve para fabricar bombas atómicas, ni se puede usar como combustible en reactores nucleares. Durante mucho tiempo fue un residuo incómodo, porque es radiactivo y hay que tomar precauciones para custodiarlo. El uranio empobrecido saltó a los medios de comunicación con motivo de las guerras del Golfo y de los Balcanes, al achacarle la producción de cánceres ( síndrome de ... ). Se usa en blindajes contra radiaciones (en los servicios médicos) y para fabricar obuses, que se lanzan desde aviones contra vehículos blindados. El uranio es un metal muy denso (19.400 kg/m3) y duro, lo cual favorece la perforación de las chapas blindadas. Además, durante la penetración, se calienta y se fragmenta en pequeñas partículas, que entran en combustión (transformándose en óxidos de uranio) y desprenden una enorme cantidad de energía, pues la reacción es fuertemente exotérmica. El uranio empobrecido es muy poco radiactivo. Sin embargo, en el momento del impacto, se producen aerosoles de oxido de uranio calientes, que luego se van depositando. El principal riesgo se produce si una persona los inhala o ingiere, inmediatamente después de la explosión, ya que el riesgo externo es muy pequeño. Ningún soldado de la OTAN estuvo expuesto a estas situaciones, porque la ocupación fue posterior al bombardeo. Las dosis recibidas, no justifican la aparición de cánceres, como la leucemia, según los informes de la investigación ordenada por el Congreso Norteamericano. Una operación de columna cuesta miles de euros. La estancia durante meses en una unidad de lesionados medulares supone miles de euros. Una silla de ruedas cuesta muchas lágrimas. Ponerse el cinturón de seguridad cuesta dos segundos. Los mismos que perdió el señor Maneiro en hacer su artículo sobre las bonanzas de viajar en coche sin abrocharse el cinturón. Familias enteras de lesionados medulares por accidente de tráfico no le perdonarán nunca su ayuda. Yo tampoco, le escribo desde una silla de ruedas. A Coruña. A todas las especies amenazadas por una negra sombra. A aquellos hombres de la mar que se bebieron de golpe toda su amargura. Al ejército de madres, esposas e hijas que, tirando la casa por la borda, hicieron frente en labores de retaguardia y acogida. A tantos y tantos voluntarios que con cada marea y el 25-M perdieron la inocencia. A maestros, alumnos y ciudadanos, anónimos o con nombre y apellido, que hicieron de la libertad de expresión un derecho y un deber. A pequeñas y grandes empresas, alguna de comunicación, que supieron saltarse los cauces oficiales para echar un cable. A quienes ocuparon sus puestos y dieron la talla, honrosas excepciones del funcionariado y el empleo público. A los que exigen responsabilidades y cotizan alto su dignidad. A la verdad, que intenta salir a flote desde aquella «longa noite de brea». Al barco que, a pesar de ser mil veces maldito, resistió seis noches de idas y venidas, y 365 días conteniendo en el fondo, y mientras pueda, su ira. A las islas atlánticas, espacios protegidos que ofrecieron su costado para salvar las rías. A Corrubedo, Louro, Lira, Carnota, Ximprón, Fisterra, Rostro, Nemiña, Touriñán, Moreiras, Hermida, Raxo, Baldaio... que se ahogaron y desde entonces agonizan. A sus hermanas del Cantábrico que también sufren. A Man, el hombre de Camelle y el ser humano a la deriva que todos llevamos dentro, que murió de pena en aquel naufragio hace un año. Yanet Pérez Ruiz . A Coruña. Con motivo de la petición de mano de la futura Princesa de Asturias, se han pronunciado diversas opiniones y comentarios. Analizados los a favor y en contra, resultan todos positivos, porque demuestran la madurez de un pueblo para expresarse, sobre un asunto de singular delicadeza, de forma libre y espontánea. El pueblo español, con esta circunstancia, se está graduando definitivamente de mayor de edad en la sociedad de países democráticos, con todos los honores. Nos hemos convertido en una nación sin complejos y con singladura cierta a la meta de las oportunidades del futuro. Estamos montados definitivamente en el tren de primera clase, donde ya no hay tabúes, como en el caso presente. Se habla libremente de república en un estado monárquico y hasta un republicano de la talla de Díaz Pardo escribe un artículo en defensa de la joven pareja. Así que lo importante no es el próximo matrimonio de esa pareja, sino la comprobación de que el oscurantismo, falsa moral y demás rémoras han sido superadas. Celebremos este acontecimiento en todas sus dimensiones. Vivan los novios. Rodrigo López Barreiro. Culleredo.