Pachi Vázquez y la calumnia andan ahí, ahí

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

18 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo mismo que afirmó un día sobre la guerra el periodista y político francés Georges Clemenceau (1841-1929) -que aquella era una cosa demasiado seria para dejarla en manos de los militares- cabría decir de la política, cuando vemos la forma irresponsable de actuar de quienes tienen confiadas en la vida institucional responsabilidades que les exigen pensar dos veces lo que dicen antes de lanzarse a largar públicamente.

Si, cuando oímos a Pachi Vázquez quedarse tan tranquilo después de afirmar en una entrevista radiofónica que «si Feijoo tuviera negocios con Marcial Dorado es un tema penal y a lo mejor tiene que ir a la cárcel», para añadir, de inmediato, «pero eso no lo tengo que decir yo, eso lo tiene que decir el Tribunal Superior de Xustiza si entrara en el tema», lo mínimo que cabe contestarle al líder del PSdeG es que si «eso» no lo tiene que decir él, lo que exige el sentido común y el juego limpio es que, siguiendo su propio razonamiento, no lo diga, o, lo que es lo mismo, que se calle.

Vázquez, apuntándose de lleno a la técnica inadmisible e inquisitorial de la llamada probatio diabolica -aquella en que no ha de ser el acusador el que demuestra la culpabilidad sino el acusado el que pruebe su inocencia- encadena toda una serie de supuestos condicionales que él da como veraces con la exclusiva finalidad de lanzar contra el presidente de la Xunta, sin prueba alguna, la gravísima acusación de haber cometido un delito, es decir, con la exclusiva finalidad de calumniarlo. Vázquez dice que si Feijoo tuviera negocios con Dorado (primera proposición condicional) y que si el Tribunal Superior entrara en el tema (segunda proposición condicional) entonces -conclusión puramente fantasiosa-, Feijoo tendría que ir a la cárcel.

Obsérvese bien que Vázquez no dice que Feijoo tenga negocios con Dorado, ni tampoco que el TSX vaya a abrir una causa contra él. Ni afirma tener pruebas de lo primero ni información de lo segundo. No. El dirigente socialista se mueve en el terreno de la mera especulación y juega de forma irresponsable, impropia de quien dirige el segundo partido de Galicia, con acusaciones veladas, en la línea de aquella forma insuperable de tirar la piedra y esconder la mano que supuso el ya célebre «Feijoo y el narcotráfico andan ahí, ahí».

Dejémonos ya de juego sucio. Si Vázquez tiene información respecto de posibles relaciones de Feijoo y el narcotráfico tiene la obligación, política y jurídica, de ponerla en conocimiento de la policía y del fiscal. Si no la tiene -y parece que es así, pues lleva amagando con sus insinuaciones desde febrero del 2011- debería no solo callarse, sino pedir públicas disculpas a quien ha acusado falsamente de estar relacionado con el tráfico de drogas. ¡Nada más, ni nada menos!