¿Qué Galicia quiere salvar Feijoo?

Andrés Precedo Ledo CRÓNICAS DEL TERRITORIO

OPINIÓN

02 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En las últimas semanas se ha escuchado una frase de argumentario oficial que dice algo así: en esta situación, la única política económica que puede hacer la Xunta es salvar lo que hay e intentar sobrevivir. Una frase tan desafortunada como reveladora de la carencia de una verdadera estrategia económica para Galicia. De hecho, hemos perdido muchas oportunidades y ahora nos encontramos ante un nuevo dilema ante la situación de Pescanova y del naval que pueden cercenar la economía del sur de Galicia.

Supongo que para salvar lo que hay y para sobrevivir, a la Xunta no se le ocurrirá volver a inyectar cientos de millones para salvar lo insalvable, porque, no lo olvidemos, los astilleros pequeños llevan absorbiendo dinero público en enormes cantidades para, al final, estar como al principio, o para encubrir los resultados de una gestión muy deficiente. Sería tremendo ver cómo mientras unos se benefician del dinero de todos por no se sabe qué mal entendida galeguidade, a la mayoría, que no han hecho más que cumplir con sus obligaciones lo mejor posible, se le recortan derechos, prestaciones básicas, sueldos públicos sin justificación objetiva, mientras aumentan las personas desprotegidas por diversas circunstancias y la población en riesgo de pobreza se eleva constantemente, pero que el Gobierno no puede atender porque la reducción del déficit no lo permite. Y digo lo mismo de esa austeridad prolongada que está llevando a la ruina a un amplio sector de nuestro tejido de pequeñas y medianas empresas y al consumo en general.

Por eso la Xunta de Galicia no puede exhibir la receta del salvavidas, sino que es preciso, y ahora más que nunca, enfrentarse al futuro buscando nuevos nichos de negocio, que los hay, para competir con éxito en la nueva economía productiva. Mucho me temo que lo del sector naval no sea más que el resultado de una reforma estructural, organizativa y tecnológica no acometida a tiempo, porque la subvención y el apoyo del dinero público actuaron como retardador de la innovación. Y lo mismo digo con la subvención a líneas aéreas con el dinero de todos. En todo caso será cada ciudad o colectivo que espere obtener beneficio quien deba poner su dinero. Pero ya está bien que todos los empobrecidos gallegos estemos pagando los intereses y los déficits de unos o los peajes encubiertos de otros. ¿Cuál es la Galicia que quiere salvar Feijoo? ¿La Galicia social, la Galicia innovadora y competitiva, la Galicia que se prepara para un futuro nuevo o la Galicia de la subvención y del amiguismo? La respuesta creo que es muy clara.