Todo por el PIB

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

13 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Esto se veía venir. Somos un país muchísimo más rico que lo que reflejan las estadísticas y hasta la contabilidad nacional. La recesión fue un efecto psicológico, un estado de ánimo promovido por los antipatriotas que ponían en duda la palabra de Zapatero cuando decía que no había crisis y de los inmorales que aun se resisten a creer las bienaventuranzas de Rajoy. El producto interior bruto (sí, bruto) es en realidad cuatro puntos superior al que nos endilgan. Habíamos olvidado incluir sectores esenciales para medir la riqueza del país, como el dinero que mueven la prostitución, el tráfico de drogas y otras actividades ilegales.

Que no es que sea poco. Seguro que no. El problema es que, precisamente por ser ilegal y moverse en circuitos paralelos, no debe ser fácil de contabilizar. Aunque algunos países ya han echado sus cuentas: en Gran Bretaña proxenetas y traficantes reportan a las cuentas más de 12.000 millones de euros. En Portugal son un poco más comedidos y han imputado 700 millones. Estas modificaciones, que parecen una broma pero no lo son, se hacen porque Europa recomienda introducir cambios metodológicos en la información estadística.

La misma Europa en cuyo nombre nos apresuramos a cambiar la Constitución (aquella vez sí) para fijar un tope de déficit público, que se mide, precisamente, sobre ese PIB que ahora nos coloca más cerca del paraíso (económico) porque se va a contabilizar lo que trabajadores y trabajadoras del sexo, clientes, contrabandistas, camellos y yonquis mueven. ¿No será un tanto difícil hacerlo en un país cuya Hacienda es incapaz de reducir las escandalosas cifras de economía sumergida y fraude fiscal? Todo sea por el PIB.