Las mujeres

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La vida que acaba de terminar de Ana María Matute está marcada por dos asuntos que me revuelven el estómago. El maltrato del canalla de su marido que era sablista machista y cruel por un lado y que haya sido la tercera mujer en formar parte de la Real Academia Española tras cuatrocientos hombres y trescientos años de existencia. Con la Academia se las vio la Pardo Bazán/ nuestra paisana/ que era una mujer de carácter hace ya más de un siglo y la afrenta fue tan grosera que sus méritos nunca le fueron negados. Se rechazaba abiertamente su carencia de testículos. De esto sabe mucho claro está Xulia Santiso la conservadora de su museo. Y solo en 1979 se levantó la barrera de la ignominia dando entrada a Carmen Conde y poco después a una gallega de adopción Elena Quiroga de Abarca. Esta semana los callejeros viajeros en Dubái nos mostraban a unos santones que visitaban las casas de los ricos para hablarles del Corán. Y la anfitriona española al despedirlos retiró la mano que en un movimiento reflejo les había tendido porque ellos «no dan la mano a las mujeres». Eso que se cuenta como una peculiaridad exótica es en realidad una afrenta a la civilización. Detesto la espiritualidad de países que desprecian torturan y matan a sus mujeres y sus hijas. O que no les dan la mano ni las dejan conducir. En África y en Asia. Tras la geopolítica y la economía subyace algo esencial. El respeto a mi madre mi mujer y mis hijas. El respeto a mí mismo. Y a usted que me lee. Eduardo Riestra