La deuda pública es siempre un instrumento equilibrador del presupuesto. Y tres son los desequilibrios principales que dañan a las Administraciones. El primero y principal es el déficit público o saldo no financiero, que es una diferencia negativa y parcial de ingresos y gastos públicos ligados al consumo e inversión. O sea, el déficit público no incluye todos los ingresos y gastos del presupuesto, sino tan solo los ingresos y gastos corrientes y de capital (los siete primeros capítulos del presupuesto de ingresos y gastos). El segundo desequilibrio se produce cuando el saldo entre activos financieros es negativo (capítulo 8 del presupuesto de ingresos y gastos). Finalmente, está el saldo negativo de pasivos financieros (diferencia entre ingresos y gastos del capítulo 9 del presupuesto).
La deuda acumulada no tiene expresión presupuestaria, pero sí consta la carga financiera anual de la deuda computada. El capítulo 3 del presupuesto de gastos registra intereses y comisiones, mientras el capítulo 9 registra amortizaciones. Pero financiar amortizaciones con más deuda -práctica habitual- es ampliar la deuda acumulada y aumentar sus costes (intereses), lo que significa más impuestos futuros.
Las cifras de estos conceptos en el presupuesto inicial de la comunidad gallega (año 2014) son clarificadoras. El desequilibrio abarca los tres conceptos mencionados. Existe un saldo no financiero negativo (déficit inicial) de 636 millones de euros; un déficit en activos financieros de 120 millones y un déficit en pasivos financieros de 1.751 millones de euros. La suma de todo ello supone un desequilibrio total de 2.507 millones, cantidad que se financia con más deuda contabilizada en el capítulo 9 del presupuesto de ingresos. Así, la deuda acumulada en el 2013 aumentará 726 millones, lo que significa también mayores costes.
¿Qué intereses ocultan estos tres desequilibrios presupuestarios? Porque los ciudadanos votantes y contribuyentes necesitan esa información. Detrás del déficit presupuestario (saldo no financiero) está el fraude fiscal del poderoso. Si ese fraude se redujese a la mitad (40.000 millones de euros) no habría déficit, ni recortes en el gasto, ni mayores impuestos. Pero el silencio de los gobiernos es clarificador. El déficit en activos financieros oculta el déficit anual de la Radio Televisión Galega. Y financiar amortizaciones con más deuda es una bendición para los mercados financieros.
En abril de este año la deuda pública gallega que computa en la UE sumaba 10.028 millones de euros (18,2 % del PIB). Y si a esa deuda le añadimos las otras deudas que también existen (hospital de Vigo, autovías, etcétera), la cifra se aproxima a 15.300 millones de euros (27,5 % del PIB). La solvencia financiera de Galicia exige esta información.