P ésima noticia la del incumplimiento del objetivo de déficit público en el 2015 (con un alejamiento de en torno a un 20 %), tanto por su valor en sí misma como por el modo en que se ha producido. Al margen de que se pueda valorar que los ritmos de la consolidación fiscal han sido excesivos, y han traído más problemas que beneficios a los países europeos, no es difícil darse cuenta de que el dato del 2015 es sobre todo consecuencia de que ha sido ese un año de elecciones. Por otra parte, el hecho de que el Gobierno ocultara un dato que desde tiempo atrás conocía hace aún más evidente los problemas de transparencia -ese factor que los economistas ponen cada vez más en valor- en nuestro país.
La consecuencia más inmediata es que el ajuste para este año ha de ser aún más intenso de lo que se temía, pues nadie parece haberse dirigido aún a las autoridades comunitarias para renegociar la cifra objetivo. Pensando en ese ajuste, el ministro de Hacienda ha echado balones fuera, para colocar el dedo sobre las comunidades autónomas. Cabe esperar que las presiones sobre estas últimas para recortar gastos se multipliquen en las próximas semanas. Y en este punto es cuando se hace interesante observar la distribución regional de las desviaciones: Cataluña y la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se cuentan entre las que más han incumplido -más que triplicando el déficit permitido-, pero están también a la cabeza del crecimiento en el 2015.
Galicia, por su parte, fue una de las tres únicas comunidades que cumplieron el objetivo de déficit, algo que, por cierto, no es nuevo, pues se ha mantenido así durante todo el período de crisis. Dado que ese mismo año su crecimiento estuvo en torno a la media española, pudiera verse en ello un cierto mérito. Sin embargo, solo con recordar que el PIB gallego sigue estando casi un 10 % por debajo del total de España, y que la convergencia hace tiempo que parece detenida, la actuación presupuestaria del Gobierno de Feijoo suscita algo más que dudas. Cumplir (quedando con claridad por debajo del objetivo) cuando todos los demás se saltan la norma, más que ejercicio de responsabilidad pudiera ser solo estar despistado (o hacer el primo). Entre otras cosas, porque algo tocará por aquí del (sobre)ajuste que viene.