Es burdo decir que el Rey no tiene votos detrás. Tiene toda la legitimidad del 91,81 por ciento de los españoles que en el 78 aprobaron una monarquía constitucional con su padre al frente para salir del lío de 40 años de dictadura
Veamos. ¿Hay dos países, tres, cuatro o hay dos edades? Hay dos edades. Conviven hoy en España dos Españas, muy distintas de aquella que helaba el corazón y de la otra que sufría. En las distintas elecciones se vio. Y en Cataluña, aunque hay mayores que apoyan la independencia y jóvenes, alguno, que vota al PP, también existe esa brecha, esa frontera. Conviene recordar que vale lo mismo el voto del señor que tiene setenta años que la papeleta del que tiene treinta. A veces, muchas, son padre e hijo y piensan totalmente distinto. Tenemos que aprender a convivir. Cito de memoria: «Todo el mundo es revolucionario a los veinte años, y conservador, a los cincuenta». La España y la Galicia, como dijo Ana Pontón, que no votó la Constitución porque éramos niños, podemos soñar con otra Constitución, pero esa propuesta la tendríamos que votar todos: los jóvenes y los mayores. Eso es la democracia.
Y solo si gana el sí abrir otro escenario más federal o no. Es burdo decir que el Rey no tiene votos detrás.
Tiene toda la legitimidad del 91,81 por ciento de los españoles que aprobaron en el 78 una monarquía constitucional con su padre al frente para salir del lío de cuarenta años de dictadura. Más de 17 millones de la España de entonces. ¿Les parece poco? Todos esos españoles dijeron sí al Rey Juan Carlos y, por extensión, a su hijo Felipe VI. Así está en el texto constitucional.
En Barcelona, por ejemplo, se pasó del 90 por ciento de votos afirmativos. Algunos insistirán que es la Prehistoria. De acuerdo, fue hace cuarenta años, tantos como de dictadura. Pero son el período más próspero de la historia de España. Próspero para los abuelos, los padres y los hijos.
Prehistoria, tal vez, pero solo la podemos cambiar como en el 78 votando todos. Los de menos de cuarenta que en porcentaje hubiesen hecho presidente a Pablo Iglesias y los de más de cincuenta que mantienen en una mayoría frágil a Mariano Rajoy. Y ¿a ver quién gana?