El fin debe ser siempre terapéutico, no de mejora genética

Catarina Allegue RESPONSABLE DE EDICIÓN GENÓMICA DE LA USC

OPINIÓN

28 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que la edición genómica e implantación y gestación completa de los embriones resultantes se haya hecho no es algo que me sorprenda. Metodológicamente es posible y solo era cuestión de tiempo que esto ocurriese. Si es que ha ocurrido... Y de haber pasado tampoco sorprende que haya sido en China. Hasta el momento en que se publique en formato de comunicación científica, debemos mantenernos escépticos, ya que no se ha explicado qué se ha hecho ni cómo se ha hecho con rigurosidad. Pero independientemente de si en realidad se ha hecho o no, de si su institución niega haber apoyado este estudio y de todo el revuelo que está generando esta noticia, que habrá que esperar a ver cómo evoluciona, mi reflexión es otra. Se trata de aplicar herramientas que son muy prometedoras para una nueva terapéutica, toda una revolución biomédica. Nos dirigimos hacia una medicina personalizada y a la carta por la que somos muchos los que estamos trabajando desde nuestras poyatas. Pero las herramientas Crispr aún deben ser evaluadas y controladas para su aplicación terapéutica.

El fin debe ser siempre terapéutico, no de mejora genética. Esta tiene evidentes implicaciones éticas totalmente inadmisibles. Además, las implicaciones en la salud de las niñas supuestamente resultantes de la edición, con un más que probable mosaicismo genético en sus células, son absolutamente desconocidas. En este sentido la palabra irresponsabilidad se me queda muy corta. La reflexión es por tanto evidente: tenemos las herramientas al alcance de los investigadores para hacer lo mejor y lo peor.

Pese a los esfuerzos internacionales por crear comités éticos y organismos reguladores de la aplicación de la edición genética, y pese a la existencia de comités éticos en las instituciones, la realidad es que en última instancia el llevar a cabo este tipo de prácticas depende solo de la responsabilidad y la ética profesional del investigador que controla estas herramientas. Por tanto ¿cómo se controla esta responsabilidad individual? No esperemos que la cordura se imponga, lo estamos viendo.