La «gotera» del hórreo de Carnota

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

SANDE

02 sep 2019 . Actualizado a las 23:19 h.

Si no mimamos y cuidamos nuestro patrimonio, estamos condenados como pueblo. Si nos da igual que las obras de arte que nos definen se caigan a pedazos, poco queda por hacer. Galicia prueba que se quiere mal con la enorme gotera del hórreo de Carnota, el tercero más grande la comunidad y declarado monumento nacional como réquiem. Mi compañero Antón Parada cuenta que La Voz ya denunciaba en 2016, hace tres años, que el hórreo necesitaba reparación. La agenda de los políticos en este país, cada vez se demuestra más, es un contagioso bostezo. Tenemos una clase política sin clase que vive ajena a los problemas y las realidades de sus ciudadanos. Pero los periodistas estamos obligados a electrificar nuestras agendas para recordar una otra vez que hay asuntos en los que no se puede mirar hacia otro lado. El hórreo de Carnota, conocido con el bello término de cabaceira, que tenía que ser un reclamo, no puede estar esperando a que algún político firme para que la administración actúe al fin. Pero es que la cercana rectoral de Santa Comba también presenta deterioro. Lo que podía ser una espléndida ruta de los hórreos, con la otra joya, el hórreo de Lira, se convierte en el blues del abandono. En cualquier pueblecito de Francia estarían los hórreos y la rectoral perfectamente cuidados. Además habría una señalización envidiable y una documentación que hiciese que la visita se convirtiese en ruta obligada. Galicia es un sueño de verde y de azul. Somos nosotros lo que llenamos el verde y el azul de tachones, dejando que los hórreos se caigan a pedazos, que las mámoas sean basureros y que las playas mueran plastificadas. Ojalá se pusiese de moda el selfie en el hórreo agujereado de Carnota. En seguida a alguien le saldrían los colores si se hiciese viral como las canteras de monte Neme. Entonces la restauración llegaría a velocidad de rali, en minutos.