«Me da morbo porque es un tío mayor pero parece un bebé», opinaba Carmen Lomana sobre el nuevo candidato a la presidencia del Gobierno español. Dejando aparte la declaración algo pederasta de Lomana, lo cierto es que Íñigo Errejón tiene cara de niño. Y no son solo sus facciones dulces, enormes ojos azules, su pelo rubio o la constitución delgada y endeble tipo junco. Imberbe, la dentadura irregular del líder de Más País nos devuelve una sonrisa del infante al que todavía le queda algún diente de leche por encomendarle al ratoncito Pérez o cuando la solución pasa por poner brackets. Ahora, ningún complejo, a juzgar por la instantánea que han escogido como cartel de presentación electoral de la nueva formación: Errejón aparece con una sonrisa de oreja a oreja, ilusionado y feliz.
Unos jeans, unas zapatillas New Balance y una camisa blanca de algodón 100% blanca o azul cielo, y sus jerséis de punto de cuello redondo son sus básicos. Completado con la chaqueta obrera Harrington y sus Ray-Ban Wayfare, un estilo preppy urbano impecable para acompañar a Manuela Carmena en los pasados comicios a la alcaldía de la capital bajo el paraguas de Más Madrid. Lejos de la desidia estilística de Pablo Iglesias y esa izquierda acomplejada con la moda que pretende vender la dejadez como principio revolucionario y confunde la simplicidad con la sencillez; Errejón siempre ha demostrado que el look informal y cómodo no implica en ningún caso desaseo ni incongruencia ideológica. Buscando coherencia ideoestética y compromiso con el ecosocialismo, durante el duelo de Vistalegre II con Pablo Iglesias, se enfundó una parca de la firma de ropa sostenible Ecoalf.
Cabezota y algo clasicón, sigue sin entender que las mangas de las americanas de confección cuando tienes unos brazos tan largos se advierten como un disfraz de político. Tampoco cumple con el canon de belleza establecido, pero resulta atractivo. Hasta algunas de las revistas más prestigiosas de estilo del país lo han convencido para posar como modelo. Pero aunque apuestan por marcas como Boss, Adolfo Domínguez, Antony Morato o Uniqlo, su aspecto siempre acaba provocando el mismo resultado. Un catálogo de moda de Zara Kids. Carne de meme por su apariencia de chiquillo, el niño Errejón se lo toma con humor. Eso sí, antes de independizarse de Pablo Iglesias e Irene Montero (papá y mamá) sustituyó las lentes por lentillas. Las comparaciones con Milhouse ya no le hacían tanta gracia, se había hecho mayor.