Ahora sí. En dos palabras cabe un mundo. Ahora sí se arregla Cataluña. Ahora sí llega el apocalipsis zombi. ¿Cómo pasará Pedro Sánchez a la historia?, ¿como el hombre que amaestró a los escorpiones?, ¿como el felón que desintegró España? El gran día de Pedro Sánchez puede ser un mal día para ser Pedro Sánchez. Así es la política española, y la vida. Se le notaba la tensión en el rostro ya por la mañana, como si en lugar de una cámara tuviera ante sí un morlaco de 600 kilos. Sánchez, primero ante el Gobierno más complicado de la historia y, ahora, con la necesidad de hacer un triple salto mortal con tirabuzones. Anoche, la Junta Electoral habló: apretar, monsieur Torra, no es una opción; ser eurodiputado, señor Junqueras, no es una opción. Hoy, a Sánchez no le va a quedar otra que romper su silencio: en medio de la tormenta perfecta, explicar qué ha prometido, a quién y para qué. Y si merece la pena.