La Historia, diabólica, se repite

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

26 ene 2020 . Actualizado a las 12:23 h.

Así de diabólico es el escenario que pinta Sondaxe en su lienzo para la Xunta, 2020. Es el mismo que vivimos tres veces. Donde 38 escaños lo son todo y 37, una ruina. Era diciembre de 1989 y Fraga se enfrentaba a un Laxe que gobernaba. El PP de entonces logró el deseado 38 por los pelos y Fraga, su Baviera, con apenas 433.000 votos. Aquel momento es interesante para el análisis porque se venía de un gobierno de Laxe multicolor tras la censura a Albor y se presentaban por derecha e izquierda hasta seis partidos. Hoy la polarización podría ser aún mayor por ambos lados. Fraga ganó pero perdió en votos. La izquierda sumó 588.000, pero fraccionados en tres (PSOE, BNG y Camilo Nogueira con su EU). Un pecado que se pagó por la ley de d’Hondt. Barreiro Rivas consiguió con Coalición Galega 48.000 papeletas, con dos diputados irrelevantes ante el mítico 38. Pablo González Mariñas no entró. Hurtó solo 18.000. El solo es engañoso porque en unos meses cualquier votante que a Feijoo se le escape a Ciudadanos o Vox puede hacer que muera en la orilla. Cs y Vox no son equiparables a Coalición Galega y al Partido Nacionalista Galego, pero las fugas dañarán a los populares. Como a la izquierda que los Camilos Nogueira se multipliquen. El 89 dejó claro que Gonzalo Caballero y Ana Pontón necesitan solo tener por la izquierda enfrente a Podemos, y hasta eso les hará sufrir. Otra lección histórica. Estamos en junio del 2005. Touriño derroca a Fraga. Es el PSOE con un BNG muy fuerte el que da la campanada. Sube la participación y, sobre todo, la lucha es únicamente entre tres. Yolanda Díaz no cuenta por la izquierda con 12.000 votos. Con una participación más alta, un Fraga muy mayor baja a 756.000. La suma de PSOE y BNG le supera con 866.000. El 38 es de la izquierda. Cambio en la Xunta y Fraga, senador. El empate técnico del Sondaxe de hoy nos está hablando de otros comicios no aptos para cardíacos. Marzo del 2009. Lo imposible se hace posible. Touriño no quiere adelantar. No hace caso de Pepe Blanco. La crisis devora a la gente de a pie. Feijoo debuta y se aprovecha. Votan cien mil gallegos más, 1,7 millones. El enfado por la economía esmagada aúpa al debutante. Los números son ajustadísimos. PP, 789.000; PSOE y BNG sumados, 794.000. Cinco mil votos que no les sirven. Feijoo logra el trono del 38. Estamos ante lo mismo. Feijoo necesita que no existan Cs y Vox (y el as en la manga de atraer a socialistas más centristas, de colegios concertados, que los hay). Caballero y Pontón están muy fuertes. Lo tienen a mano, pero precisan que los Toné, Villares, Ferreiro y Martiño no conformen varias candidaturas espoleados por sus egos. Si la izquierda se fracciona, d’Hondt hará capitán general a Feijoo. El recuento del 2020 va a ser por cuarta vez agonía o éxtasis. El debate televisivo, si lo hay, pondrá a prueba el desgaste de Feijoo, y será clave.