Un atentado contra todos

La Voz de Galicia
La Voz de Galicia EDITORIAL

OPINIÓN

13 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los datos conocidos ayer sobre la evolución del coronavirus en Galicia abren una senda de esperanza. Baja la cifra de personas enfermas, también son menos los hospitalizados, y tenemos la garantía de que las unidades de cuidados intensivos están plenamente operativas y sin sobrecargas. Pero no es consuelo. Nada hay que celebrar. Muchas familias padecen los estragos de la pandemia y no pocas están de luto. Y, para todos los que no han contraído la enfermedad, la amenaza sobre su propia vida es tan real hoy como hace un mes. El virus no ha muerto.

¿Es momento para bajar la alerta social y despreciar el peligro? Evidentemente, no. Ahora que se relaja el confinamiento, lo que se requiere, precisamente, es sustituir esa drástica medida -que tiene y tendrá un precio muy alto en la sociedad y en la economía- por una demostración de responsabilidad civil.

Es lo que corresponde a una sociedad madura, y la inmensa mayoría de los gallegos se sienten así. Pero las escenas callejeras que se vivieron ayer y anteayer echan por tierra su fama. Los que se agolpan irresponsablemente en las terrazas; los que están ávidos de hacer caja y se saltan las medidas de seguridad; los que salen a pasear como si fuesen a una romería, no solo ponen en riesgo su salud. También atentan contra la de todos.

Por eso son tan necesarios los llamamientos a la responsabilidad pública. No son los únicos pertinentes, desde luego, porque también se precisa que las autoridades se pongan al día y faciliten mucho más y con más garantías la vuelta paulatina a la calle. No se han atrevido a concebir la vía pública como un espacio preferencial para los peatones, cuando es tan necesario mantener las distancias y evitar las aglomeraciones. No han gestionado con sentido la apertura de las terrazas, de modo que el ansiado reencuentro de los ciudadanos no se convierta en un foco para la propagación del virus. Algunos incluso han dado mayor urgencia a programar el retorno de la ORA.

Pero todo lo que hagan los ayuntamientos y las fuerzas de seguridad, con ser importante, lógico e ineludible, será insuficiente si los propios ciudadanos no asumen su papel protagonista.

Desde el comienzo de la crisis, los políticos han venido cometiendo un buen número de errores, y todos tendrán consecuencias. Pero evitar el rebrote -que ya es real en Alemania o Corea del Sur con nuevos contagios- no solo depende de sus decisiones. También de las que toma cada uno.

Por eso es urgente exigir conductas responsables a todos los gallegos. Si la despreocupación de estos días continúa, habrá sido nuestro gran error. Y no hay duda de que lo pagaremos.