Un nuevo fracaso

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

FRANCK ROBICHON | Efe

01 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Así es como estamos. En manos del destino. Con nuestras vidas entregadas a la buena suerte. A lo que pueda llegar, porque nadie es capaz de decirnos —quizá— porque tampoco lo sepan cómo va a ser nuestro futuro y si vamos a recuperar nuestras vidas. Tras casi dos años de consejos, advertencias, amenazas, confinamientos, restricciones, vacunas, mascarillas, distancias y ventilación hasta morir de frío, lo que se avecina se presenta incierto y tanto o más preocupante.

Estábamos preparándonos para el impacto de la sexta ola de coronavirus y nos sorprende una nueva variante llegada de Sudáfrica, que llevaba meses circulando por todo el mundo sin ser detectada y a la que se han bautizado como ómicron. Variante que toma relevo a la delta, que es aún más difícil de combatir y que presenta más de 50 mutaciones respecto al virus original salido, según parece, de Wuhan. La OMS advierte que supone «un riesgo muy alto» para el mundo y los científicos, que tiene potencial de ser más resistente a la inmunización y más contagiosa, por lo que podríamos estar ante una ola más larga que las ya superadas.

Pero lo alarmante es que no existe evidencia científica sobre su gravedad, ni forma de combatirla. Por no saber, seguimos sin saber de dónde nos llegó el virus, cómo se contagia, cómo muta y si las vacunas actuales son capaces de frenar su evolución, porque hay microbiólogos que aseguran que no lo son.

Habría que empezar por el principio. Por conocer al enemigo, su origen, sus cambios y su gravedad. Y a partir de ahí, ponernos de acuerdo en combatirlo. Sin dar palos de ciego y sin dejar decisiones trascendentales en manos ajenas a la comunidad científica y a las jurisprudencias. Porque, de momento, solo disponemos de tres certeza. Que, a falta de otros remedios, las vacunas resultan imprescindibles para nuestra supervivencia. Que de poco sirve que en España el porcentaje de vacunación supere el 79,31 % si en países de África no llega al 10 %. Porque o salimos todos, o no salimos. Y tercero, que la gestión mundial de la pandemia ha sido y está siendo un absoluto fracaso. De los que van a pasar a las páginas de la historia como un naufragio con millones de víctimas. Un descalabro más de la gobernanza planetaria.