Trump bailó sobre sus tumbas

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

SHANNON STAPLETON | REUTERS

29 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Bailaré sobre tu tumba. Al margen de la genialidad de Siniestro Total, hacer literal la expresión no parece lo más racional. Sobre todo, para un hombre que ha ostentado uno de los cargos con más poder en el mundo. Y mucho menos si los muertos son niños asesinados en su propio colegio. Pero eso es lo que ha hecho Donald Trump. Ocurrió durante su intervención en la convención anual de la Asociación Nacional de Rifle (ANR), celebrada en Texas, el Estado que ha sufrido la matanza del colegio de Uvalde. Trump es tan flexible que, en la misma comparecencia, puede leer con solemnidad los nombres de los pequeños acribillados y perpetrar sobre el escenario esos pasitos de baile cochinero que popularizó en sus actos políticos. Su receta, más armas contra las armas. Profesores con licencia para matar. Porque, como asegura, el mal existe. Para hacerle frente, mejor estar a su altura. Otro compañero de partido va más allá y cree que la raíz venenosa de estos tiroteos son esas almas descarriadas que han perdido la brújula de los valores tradicionales del país (excepto el derecho a portar armas de la famosa segunda enmienda de la Constitución). Lo que no cuenta ninguno de ellos es que, cuando el mal solo puede valerse de una navaja o incluso de una escopeta de caza, es mucho menos dañino que cuando tiene a su disposición un bufé libre de fusiles de asalto militar. Pero sucede que los fabricantes de cuchillos estadounidenses no tienen la gigantesca palanca económica y política que mueve el sector armamentístico americano. No montan un acto nacional por el que desfilan gobernadores republicanos ni financian un lobi ante el que bajan la mirada representantes demócratas. No pueden presumir de esta colección de tumbas y de bailes.