El peregrino, un hombre en camino

Manuel Mandianes ANTROPÓLOGO DEL CSIC Y AUTOR DE «EN BLANCO»

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Codex Calixtino es la Constitución fundacional de Europa. El Tratado de Roma de 1957, que puso a andar la Unión Europea, no es, en el fondo, más que la modernización del Codex Calixtino, y viceversa: el Codex Calixtino es metafóricamente el primer Tratado de la Comunidad Europea. El Camino de Santiago, consagración de un camino que viene desde los orígenes de los países indoeuropeos, es la puesta en práctica del Tratado de Roma. El camino no es más que un intento de arrancar de entre las astillas de la memoria colectiva pegada a la tierra las profundidades espirituales, y el recuperar el sentido de las cosas. El camino fue el cordón umbilical de la Europa de los pueblos; hoy es una metáfora del hombre moderno, un ser en camino; el escenario de las necesidades interiores del peregrino, un país sin límites, un río de ideas, de culturas, de costumbres que atraviesa los pueblos. Los verdaderos motores del camino fueron siempre la curiosidad, la búsqueda de algo (tal vez incierto y casi desconocido) y la fe.

Cruzar la puerta de entrada, la Puerta Santa solo abierta en año jubilar, de un templo es realizar un trayecto simbólico de lo profano a lo espiritual. La puerta nos lleva a un mundo de aventuras interiores, del corazón. La puerta es un límite detrás del cual algo emerge, tal vez lo que el peregrino va buscando: lo divino, lo espiritual, lo sagrado. El peregrino busca una experiencia existencial, aportar su granito de arena a la construcción del mundo. Quiere ser el hacedor de su yo, busca ser el mismo, ser dueño y señor de su cuándo, dónde, qué y para qué hacer con su vida diaria; quiere ser responsable de su ser-yo-mismo. Las autoridades religiosas, políticas u otras pueden dejar a su suerte al peregrino o protegerlo, ayudarle, facilitarle alojamiento mientras hace el camino y acogerlo amable y confortablemente cuando llega a Santiago pero las cuerdas interminables de peregrinos que hacen el Camino de Santiago no están motivadas por la publicidad religiosa ni política sino por una inquietud de busca...