«La justicia se aplica tarde y mal»

OPINIÓN

Andre Borges | EFE

26 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Fallos de la Justicia

Cada día padecemos quejas, huelgas y manifestaciones de jueces, abogados y administrativos de la Justicia, así como las eternas discusiones del CGPJ con el Supremo, el Constitucional, y de ellos con los gobiernos. La justicia, pues, falla o se aplica tarde y mal. Los partidos pasan de puntillas sobre el tema; saben que los ciudadanos confían todavía menos en esas promesas que en otras, porque «allá van leyes, do quieren reyes», o presidentes, o, aquí, ambos. Así estamos, en un país sin ley… bien y a tiempo aplicada. E. Novas Soler. Madrid.

Válidas y reválidas

En la presentación de su candidatura para las elecciones locales próximas, la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, manifestó su voluntad de «revalidar» la confianza de los ciudadanos. Creo, sin embargo, que a la expresión de la alcaldesa le sobre un «re», porque en realidad no la ha validado nunca. Y es que no hay que olvidar que en las elecciones de hace cuatro años perdió por unos 400 votos frente a la ganadora candidatura del PP. Lo que Inés Rey, en todo caso, tendría que revalidar es su alianza con la izquierda electoral (BNG y Marea Atlántica), que fue lo que en el 2019 le dio el bastón municipal en el palacio de María Pita. Marcos Ferreiro Torres. A Coruña.

Oposiciones

Soy enfermera desde hace 30 años. Salí de la primera promoción de Ourense, en el año 1992. Cuando empecé a estudiar se cogía plaza fija por tiempo trabajado o méritos, pero cuando terminé eso había cambiado, había que ir a oposición. Me he presentado a todas las que ha convocado el Sergas. Al principio suspendía, por poco, pero me quedaba; luego fui aprobando, pero no llegaba a plaza. Aprobé las tres últimas oposiciones (2009, 2016 y 2019) con notas muy similares, quedando en el 2009 a una pregunta de sacar la plaza, y me resigné a que no iba a ser para mí.

Ahora, cuando ya no me quedaban ganas, ni mucha cabeza, para volver a ponerme a estudiar (y eso que sigo haciendo test y cursos), viene la oposición de los méritos, para repescar a los pocos que no hemos tenido suerte o suficiente cabeza para lograr llegar.

Tengo 53 años y mas de 25 años trabajados como enfermera, y llevaba meses deseando que llegara el momento de ver esa lista de méritos, creyendo que, por fin, llegaría mi oportunidad y tendría una plaza. Salen las listas —después de diez días de retraso porque había problemas en las baremaciones— y casi no me encuentro. Veo compañeros que llevan menos años trabajando que yo y que están en puestos más altos..., ¿qué pasa ahora? Me he dado cuenta de que estoy mal baremada. Nueve años me los han estimado en menos de un tercio de su valor, porque el hospital Santa María Nai no debe ser conocido por el tribunal que ha medido los méritos y yo pierdo un montón de puntos.

Está claro que lo mío no son las oposiciones, ni por examen, ni por años, ni por suerte. Menos mal que mis pacientes, al menos, me consideran buena en mi trabajo: es el mejor premio y, sobre todo, sentirme orgullosa de haber podido ayudar en estos años a muchas personas. Esa oposición sí la he ganado. A. X. A. Ourense.

Engrandece á Policía

O día comeza cedo na Academia Galega de Seguridade Pública. Os raios do amencer baten na fronte de pedra do ente. O edificio emerxe ó longo dunha paraxe verde, presidida por una pequena carballeira. Con puntualidade británica, os alumnos e alumnas de policía inmersos en xornadas maratonianas fan a súa aparición no patio do complexo. Como se do cambio de garda se tratase, dá inicio un ritual diario no que a tropa forma en tres pequenas compañías, perfectamente uniformadas. Na liturxia do momento, lanzadas as ordes preceptivas e pasada a revista, os xefes de grupo dan traslado da novidade aos titores responsables. Seguidamente, o brigadier xeral inaugura o seguinte acto: «Quince promoción, himno galego, ar!».

Un dos alumnos dá un paso ó fronte abandonando á formación, provisto dunha gaita pousada no seu ombreiro. Comeza o son da música, á que pronto se lle suma o coro coa letra de Eduardo Pondal. No alto do mastro ondean as bandeiras. Unha absoluta solemnidade impregna o ambiente.

Preto de oitenta voces levan a emoción á pel e provocan o estremecer do corpo. Os transeúntes observan con curiosidade, incluso sacan os seus dispositivos móbiles para inmortalizar a escena. O gaiteiro é o centro do universo nese intre. O acto finaliza coa indicación «rompan filas!» xunto co lema da promoción, «orgullo e sacrificio!». Isto engrandece a policía local de Galicia, unha policía que desexa ser de elite. Martín Mejuto Sobrado.

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