Resu, mayoría de edad

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

Carlos Castro | EUROPAPRESS

01 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Resurrection Fest cumple 18 años. Y Viveiro, Celeiro, toda la ciudad y los pueblos aledaños volverán a llenarse de hombres y mujeres de negro para asistir a los cuatro días del mayor festival europeo de música extrema. El metal, hardcore y punk, reúne en la pequeña ciudad a más de cien mil personas. Todo empezó con un puñado de rapaces que pusieron el germen del festival. Se creó en el viejo local del Siri, un club de música extrema. Aquellos, pocos, soñadores estaban comandados por Iván Méndez e Iván Pérez, y con la complicidad entusiasta de un alcalde de izquierdas, Melchor Roel —un visionario melenudo en un pueblo conservador hasta entonces—, quien apoyó decidido el festival naciente. Aquel primer festival tuvo como invitada a la banda Sick of it all. Fue como el pistoletazo de salida de una reunión musical ya consolidada. La intuición de Iván Méndez se reafirmó con un planteamiento del mayor rigor profesional, con buenas relaciones con los grandes promotores británicos que posibilitaron que actuaran grupos míticos como Kiss, Scorpions, Judas Priest, Korn, Ramstein, Motörhead o el legendario Iron Maiden. Este año un clásico como Pantera vuelve a reunirse con un concierto en Viveiro.

El Resu, puso a mi pueblo no solo en el mapa de los grandes festivales, sino que lo situó en la cartografía de las pequeñas ciudades con mar, amables, acogedoras, y entrañables. Yo, que soy ajeno a la música radical y que nunca asistí en directo a los conciertos programados, estuve este año, como un enviado especial, en el montaje espectacular de un festival que da trabajo temporal a un millar de personas, convoca a espectadores de 46 países, y que tiene un nivel de retorno económico de varios millones de euros.

Aquellos muchachos crearon la compañía de eventos Bring The Noise, una empresa de entretenimiento que debe su nombre a una canción de Public Enemy, y que recientemente ha sido participada por el fondo estadounidense Providence. Cien bandas de hard core en todas sus variantes atronarán hasta mañana esta pequeña aldea celta que cada año sorprende en reportajes mediáticos, a quienes se acercan hasta Viveiro. Mi generación está anclada en un remoto recuerdo de un festival único celebrado en la isla de Wight que sigue llenando de nostalgia mi memoria. Viva el Resu.