En dos semanas, de esta mujer, María Guardiola, se han visto tantas caras que es empezar a contarlas y perder la cuenta. Esta de ahora parece de felicidad, pero los precedentes obligan a subrayar la presunción de inocencia del autor de la fotografía. Guardiola acaba de presentar su candidatura a presidir Extremadura, de la mano de Vox. Lejos parece el día en el que anunció, solemne, algo así como que para gobernar con Abascal tendrían que pasar por encima de su cadáver. Se ve que no hizo falta que la sangre llegara al río. Ella está vivita y coleando tras «tragarse sus palabras», expresión de su compañero del PP Juanma Moreno. El autogol de Guardiola fue tan perfecto que es raro que no se cambie el apellido por el de Iniesta. La mujer no ha dimitido, eso aquí ni se contempla, pero ha dejado para la historia una frase propia de un Groucho Marx de Badajoz: «Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños». Que su gobierno los pille confesados.