Mucho antes de que el empoderamiento femenino tuviera un sustantivo propio y ocupara una parte del debate social, una comedia de situación de los setenta contribuyó a hacer añicos muchos techos de cristal. Fue La chica de la tele, cuya relevancia transgresora se expone en un maravilloso documental de HBO Max dedicado a su protagonista, Mary Tyler Moore. Ella fue la primera mujer que llevó pantalones en televisión. Lo hizo en una ficción anterior, El show de Dick Van Dyke, y en una cadena como la CBS, que por entonces tenía vetadas tres cosas en su pantalla: judíos, personas con bigote y mujeres divorciadas. Tyler Moore estaba divorciada cuando le ofrecieron el papel de La chica de la tele y así ganó su primera batalla. La protagonista de esta comedia escrita por mujeres encarnaba un revolucionario ejemplo de chica soltera con vida y casa propias y con un puesto laboral en un canal de noticias en el que tenía que luchar contra los prejuicios. Trabajaba a las órdenes del director de informativos Lou Grant, quien años más tarde tendría su serie dramática. Cuando la mayoría de las protagonistas femeninas eran apéndices de un hombre, ella le afeaba sin apuros a su jefe que se interesase más por su edad o su estado civil que por su cualificación. Series como Sexo en Nueva York y Girls ensalzaron a las mujeres libres e independientes décadas más tarde, pero La chica de la tele lo hizo todo antes.